El dirigente estatal del PRI, Gustavo Lugo Espinoza, aunque aclaró que serán respetuosos del proyecto de formalizar la alianza de “un frente opositor” con miras al proceso electoral del 2004 en que se renovará la gubernatura, Congreso local y los 39 ayuntamientos, señaló que era una muestra más de la debilidad de partidos como el PAN, además de que el Código Electoral solamente contemplaba las coaliciones.
A decir del dirigente priista, el anuncio que hiciera su homólogo panista, Andrés Galván Rivas, sobre el proyecto de crear un frente opositor al PRI en el 2004, es una señal más de que el panismo en Durango y en el país sufre los efectos del “gobierno del cambio” que encabeza Vicente Fox.
Sin embargo, dijo que el PRI respetará el frente opositor en caso de que sea creado por los partidos contrarios, al afirmar que “el Revolucionario Institucional realiza un trabajo permanente, debidamente planeado, no solamente por temporadas, como lo hacen los demás, lo cual es valorado por los duranguenses”.
Aclaró que una alianza electoral como tal no podría funcionar en el proceso del 2004, ya que el Código no contempla esa figura, sino que define a las coaliciones. No puede haber candidaturas comunes, que es lo que demanda la oposición.
Con relación a las especulaciones que se han generado en torno a que Ismael Hernández Deras buscaría su postulación por el PAN, en caso de que no resulte electo candidato del PRI a gobernador del estado, Lugo Espinoza afirmó que no habrá tal desprendimiento del actual senador ni de ningún otro militante.
Dijo que no podía adelantar vísperas con pronunciamientos triunfalistas, pero enfatizó que el trabajo permanente que realiza el partido le garantiza que habrá de alcanzar la mayoría de los votos de los duranguenses y refrendar los espacios que tiene actualmente a nivel estatal.
Congreso
Reforma electoral
Las fracciones parlamentarias del PAN, PT e incluso el PRD pugnan porque el próximo periodo ordinario de sesiones de la legislatura local se abra el proceso de consulta para la reforma electoral, a fin de que para el 2004 ya exista un nuevo marco jurídico acorde con las circunstancias políticas.
Mientras que en el caso del PRI la postura es que la reforma electoral se dé hasta el primer periodo ordinario del 2004, lo cual pondría en riesgo de que no se aprobara y siguiera vigente el actual Código, que en algunos aspectos ya resulta obsoleto.