EDITORIAL Columnas Editorial Caricatura editorial

Resurge Nueva York/Actitudes al día

José Santiago Healy

NUEVA YORK.- Visitar las grandes metrópolis del mundo como Los Ángeles, Madrid, Buenos Aires, Londres o la ciudad de México resulta siempre una experiencia fascinante.

Pero en definitiva ninguna otra ciudad como Nueva York en donde la mezcla de sus contrastes, sus culturas, razas, lenguas y creencias se convierte en un poderoso atractivo para cualquier viajero.

Estuvimos en esta urbe un mes después de los sucesos del 11 de septiembre de 2001 cuando todo era desolación y tristeza. En ese entonces los neoyorquinos estaban confundidos y aterrados, pero no se dejaron vencer por el terrorismo como tampoco permitieron años atrás que la criminalidad acabara con su tranquilidad y con el turismo.

Hoy Nueva York comienza a resurgir y a recobrar su resplandor y liderazgo internacional.

Indudablemente se trata de la población que mejor representa al mundo contemporáneo. Si un extraterrestre llegara a nuestro planeta y quisiera en una mañana conocer a la humanidad lo más conveniente sería pasearlo por los barrios de Nueva York en donde se toparía con todas las razas y nacionalidades existentes: China, india, rusa, polaca, italiana, húngara, alemana, irlandesa, judía, hispana, africana, árabe, escandinava, turca, japonesa, etcétera, etcétera.

Nueva York ha sido en los últimos dos siglos el puerto líder de la inmigración. Entre 1880 y 1920 ingresaron dos millones de judíos provenientes de Rusia, Polonia y Hungría al tiempo que varios cientos de miles de personas llegaban de Irlanda, Alemania. Latinoamérica, España e Italia, entre otros muchos países y regiones.

En esta ciudad se encuentra lo mejor y lo peor del mundo. Aquí se localiza el mercado bursátil de Wall Street, los bancos más sólidos como el Citibank y el Manhattan Bank, los teatros de Broadway, el Museo Metropolitano de Arte, el diario The New York Times, el hotel Plaza, el Central Park, los restaurantes más afamados, el equipo de los Yanquis, la Quinta Avenida, la Universidad de Columbia, el Museo de Arte Moderno, etcétera, etcétera.

Simultáneamente encontramos aquí un alto índice de alcoholismo, los barrios más pobres de Estados Unidos, corrupción política, elevada criminalidad y fenómenos sociales y de salud tan complejos como la prostitución, el juego ilegal, pandillerismo, SIDA, drogadicción y más reciente la amenaza del SARS.

No es consuelo pero las mafias de Nueva York dejan muy atrás a las redes delictivas de nuestras ciudades conflictivas como México, Guadalajara o Tijuana. Y si nos remontamos a los inicios del siglo pasado, Nueva York vivía prácticamente en manos de los criminales.

Todavía se brindan concesiones especiales a la mafia italiana como ocurrió hace una semana cuando uno de los sectores exclusivos de Queens fue cerrado para dar paso a la marcha fúnebre de un connotado capo. Tres limusinas destacaban en una larga fila de vehículos negros porque iban repletas con coronas de flores.

Los neoyorquinos se han acostumbrado a luchar por su sobrevivencia en medio de grandes adversidades. Por ello están decididos a resurgir y a mantener su reputación como una de las urbes más encantadoras, modernas y progresistas del mundo.

La reconstrucción de la Zona Cero arrancará pronto con el proyecto del arquitecto Daniel Libeskind que incluirá al edificio más alto del orbe y un sinfín de avances arquitectónicos. En menos de cuatro años se calcula que este megadesarrollo será terminado y una vez más Nueva York estará en la cima de la tecnología y el desarrollo urbano.

El alcalde Michael Bloomberg cambió el populismo y carisma de su antecesor Rudolph Guiliani para emprender ajustes económicos que pretenden consolidar las finanzas municipales luego del deterioro que ocasionaron los atentados terroristas.

Por cierto que la psicosis terrorista empieza a superarse, en buena parte por la existencia del programa “Operación Atlas” de Bloomberg, que contempla un presupuesto de cinco millones de dólares semanales dedicados a mantener un buró antiterrorista formado por 1000 policías altamente armados patrullando las calles y el metro de la ciudad. Hoy muchos neoyorquinos están más preocupados por el SARS y por sus efectos negativos para el turismo de Chinatown que por una futura revancha de Osama bin Laden o Saddam Hussein.

Vale la pena asomarse a Nueva York y comprobar que sus más agobiantes conflictos urbanos han sido superados gracias al afán de sobrevivir de sus habitantes y a un liderazgo que se cimenta en la aceptación de la diversidad de razas, culturas y clases sociales.

* Licenciado en Comunicación por la Universidad Iberoamericana con Maestría en Administración de Empresas en la Universidad Estatal de San Diego. Comentarios a josahealy@hotmail.com

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 30373

elsiglo.mx