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BAGDAD, IRAQ.- Iraq, que tendría hasta el 17 de marzo como fecha límite para su desarme, destruyó ayer más misiles prohibidos por la ONU, que a su vez retiró su personal civil de la frontera entre Kuwait e Iraq por temor a una posible invasión liderada por Estados Unidos.
Un proyecto de resolución, presentado el pasado viernes por Estados Unidos, Gran Bretaña y España, estableciendo el nuevo plazo, es objeto este fin de semana de una frenética negociación diplomática.
Si la resolución no obtiene el respaldo del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas , Washington ha dicho que podría liderar una “coalición de los dispuestos” sin la aprobación del organismo internacional, con vistas a desarmar a Iraq de sus presuntas armas de exterminio.
Observadores militares de la ONU en la frontera entre Iraq y Kuwait dijeron que retornaron su personal civil a Ciudad Kuwait para su propia seguridad, en caso de que se produzca un ataque estadounidense.
“Estamos haciendo esto como medida de protección para su seguridad en vistas de la situación”, declaró Daljeet Bagga, portavoz de la Misión de Observadores de la ONU para Iraq y Kuwait (UNIKOM).
Bagga dijo que UNIKOM había comenzado a sacar el sábado a algunos de los 230 civiles de la ONU del área residencial en la zona desmilitarizada, que abarca 200 kilómetros de territorio fronterizo, y agregó que otros se retirarían hoy.
Más de 200 mil efectivos de Estados Unidos y sus aliados se encuentran emplazados en la región del Golfo Pérsico, listos para atacar a Iraq. En una cerca fortificada entre Kuwait e Iraq se han instalado verjas con un ancho suficiente para permitir el paso de una columna de tanques.
Tropas checas y eslovacas con vehículos comenzaron a patrullar Kuwait en caso de un ataque desde Iraq. Los soldados tienen equipos para descontaminar hasta mil personas por hora.
Iraq mantuvo su retórica desafiante. El presidente Saddam Hussein y oficiales de alto rango emitieron una declaración exigiendo que el Consejo de Seguridad califique a Estados Unidos y Gran Bretaña de “mentirosos” y levante las sanciones contra Iraq.
Bush, en su discurso radial semanal de los sábados, dijo que aunque Iraq estaba destruyendo algunos misiles al-Samoud, encubría otros. “Esas no son las acciones de un régimen que se está desarmando. Esas son las acciones de un régimen en una payasada deliberada”.
“Como último recurso, debemos estar dispuestos a usar la fuerza militar”, afirmó.
El ministro británico de Relaciones Exteriores, Jack Straw, dijo que todavía podía evitarse una guerra y que la nueva resolución podría ser aprobada en el Consejo de Seguridad, a pesar de la oposición de algunos miembros, que desean más tiempo en Iraq para los inspectores de armas.
Diplomáticos estadounidenses dijeron que la votación podría ser el propio martes. Un elemento crucial en el ritmo de la diplomacia es el deseo de los militares de atacar antes del verano, que dificultaría el movimiento de soldados con trajes de protección contra ataques químicos y biológicos.
Francia, Rusia y China, que ostentan el poder de veto en el Consejo, mantienen su oposición a cualquier resolución que implícita o explícitamente autorice una acción militar.
El vicecanciller ruso, Yuri Fedotov, insinuó que Moscú podría vetar la propuesta. “Rusia hará todo para no permitir que esta resolución se apruebe en el Consejo de Seguridad de la ONU”, dijo. Por su parte, el canciller Igor Ivanov calificó el proyecto de resolución de “ultimátum injustificado”.