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SAN ANTONIO, EU.- David Robinson, "El Almirante", navegó hacia su retiro en el baloncesto de la NBA en medio de una estruendosa ola de emoción tras haber ganado el título de campeón.
En medio de las celebraciones y el papel picado que inundó el SBC Center de San Antonio en los segundos que siguieron al triunfo de los Spurs por 88-77 sobre los Nets de Nueva Jersey, hubo un tinte de tristeza para los aficionados texanos.
Tras asegurar la victoria en la serie final por 4-2, todo el estadio ovacionó a Robinson y le dio la despedida tras 14 años con los bicampeones.
"Mi último partido, papeles volando, campeones del mundo, cómo se puede escribir un guión mejor", dijo Robinson, quien se hizo conocido como "El Almirante" jugando para la Academia Naval de los EU en su época universitaria.
"Tuve mis altibajos en mi carrera, pero termino en lo más alto. Es increíble", señaló.
Sin embargo esto no fue un regalo de despedida para Robinson, pues él fue un aporte de gran importancia para los Spurs, colaborando con 13 puntos, 17 rebotes, y una intimidante presencia defensiva en el último partido de su carrera, que lo llevó hasta el Salón de la Fama.
"Lo veía venir, así que no es una sorpresa. Supe que iba a ser, sabía que tenía que ser el momento", admitió.
FIEL A LOS SPURS
En estos días de falta de compromisos, Robinson es uno de esos raros deportistas que han jugado el último partido de su carrera en el mismo equipo y la misma ciudad en la que comenzó.
A lo largo de 14 temporadas -todas ellas defendiendo el negro y plata de los Spurs-, Robinson acumuló más de 20,000 puntos, incluyendo 71 en un solo partido, atrapó más de 10,000 rebotes y bloqueó más de 3,000 disparos.
Fue novato del año en la NBA en 1990, Jugador Más Valioso de la liga en 1995 y fue elegido en diez ocasiones para el Partido de las Estrellas.
Ahora tiene dos anillos de campeón de la NBA y dos medallas olímpicas como miembro de la selección estadounidense en las Olimpiadas de Barcelona en 1992 y Atlanta en 1996.
En 1996, el jugador de 2,13 metros de altura, fue elegido uno de los 50 más grandes jugadores de la NBA, y tiene esperando su lugar en el mausoleo de los más grandes del baloncesto.
Pero quizás la cifra más impresionante de la carrera de Robinson fueron los nueve millones de dólares (unos 7,58 millones de euros) que donó a la Academia Carver, una escuela independiente que fundó para ayudar a los niños desamparados de San Antonio.