AP
LA PAZ, BOLIVIA.- La policía volvía la tarde de ayer a tomar control de La Paz, 48 horas después de haberse acuartelado por una demanda salarial, en un motín que derivó en enfrentamientos con el ejército y actos de vandalismo, y dejó 20 muertos.
En las primeras acciones policiales, los agentes detuvieron a centenares de personas en el barrio residencial de Sopocachi y en la estación central de La Paz, a donde habían llegado grupos de jóvenes y adolescentes para saquear cuanto encontraran.
Los vecinos aplaudieron a la llegada de los guardias a Sopocachi.
Cientos de delincuentes y agitadores habían tomado el centro de La Paz la noche del miércoles, ante la ausencia de las fuerzas policiales en las calles.
Los desmanes se extendieron también a Cochabamba, donde al menos una persona resultó muerta en enfrentamientos con el ejército, que se mantuvo leal al gobierno. También se registraron saqueos en Oruro.
En Cochabamba y Santa Cruz, según voceros de los amotinados, se mantenían acuartelados todavía, pese al retorno a las calles de sus camaradas en La Paz, y horas después de que el sector firmó un acuerdo con el gobierno, que atiende parcialmente sus reclamos.
Una enfermera murió cuando la ambulancia en que atendía a un herido fue atacada a balazos en condiciones no aclaradas. Una doctora y otra enfermera resultaron heridas.
Los heridos suman cerca de un centenar, según informes médicos. El Hospital General, el principal centro de atención de las víctimas, anunció que no enviaría más ambulancias debido al ataque a sus profesionales.
Un grupo de jóvenes saqueó e incendió un banco del centro de La Paz, con el saldo de al menos cinco heridos. Otros continuaron saqueando el Ministerio de Desarrollo Sostenible, que ya había sido incendiado parcialmente el miércoles.
Entre los innumerables edificios públicos y comercios que fueron saqueados en La Paz y El Alto se cuenta la Vicepresidencia, que también fue incendiada.