Reuters
RIO DE JANEIRO, BRASIL.- Las autoridades brasileñas transfirieron ayer a una cárcel de máxima seguridad de Sao Paulo a un narcotraficante acusado de una ola de violencia que azotó Río de Janeiro esta semana y que puso en peligro su famoso carnaval.
Luiz Fernando da Costa, conocido como Fernandinho Beira-Mar, fue trasladado en un avión de la fuerza aérea bajo una escolta policial, a la prisión Presidente Bernardes, donde estará en una celda aislada.
El secretario de la penitenciaría estatal de Sao Paulo, Nagashi Furukawa, dijo que Beira-Mar había sido trasladado a esa cárcel por un período de 30 días.
La medida fue resultado de un acuerdo entre la gobernadora de Río, Rosinha Matheus, y el ministro federal de Justicia, Marcio Thomas Bastos, poco antes de la medianoche del miércoles.
Matheus también había pedido que 3,000 efectivos federales garantizaran la seguridad del carnaval de Río, que comienza hoy viernes y que ha atraído a numerosos turistas. El gobierno federal anunció ayer que ponía el ejército a disposición de Río de Janeiro.
La cadena de televisión Globo dijo que delincuentes quemaron siete autobuses en las primeras horas de ayer en Río, posiblemente en protesta por el traslado de su líder.
Más de 30 autobuses fueron vandalizados e incendiados el lunes y el martes. Los delincuentes también detonaron bombas de fabricación casera y dispararon contra tiendas que ignoraron sus órdenes de permanecer cerradas.
La prisión de Sao Paulo, construida el año pasado, tiene capacidad para 160 reclusos y posee un sistema que bloquea señales de teléfonos celulares.
Beira-Mar ha sido sorprendido en varias ocasiones mientras coordinaba por teléfono celular sus operaciones, detrás de los barrotes de la prisión de máxima seguridad Bangu uno, de Río de Janeiro, donde estaba encarcelado.