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Madrid, ESPAÑA.- El primer ministro británico Anthony Blair admitió que estuvo a punto de perder su cargo por el apoyo que dio a Estados Unidos en la guerra contra Iraq, tema por el que pasó momentos “muy difíciles”, informó ayer el diario británico “The Sun”.
En una entrevista difundida ayer por el rotativo, Blair reconoció que habría renunciado a su cargo como primer ministro si la Cámara de los Comunes hubiera rechazado el uso de la fuerza para desarmar a Iraq.
La renuncia ya estaba preparada si faltaba el apoyo parlamentario, dijo el jefe de gobierno británico, quien recordó que que unos 200 diputados votaron contra la guerra, la mayoría de ellos miembros de su Partido Laborista.
Blair consiguió apoyo de parlamentarios del Partido Conservador, quienes eran partidarios de la intervención armada, sin embargo siempre estuvo consciente de que podría perder su trabajo y así lo dijo a su familia, indicó “The Sun”.
Su esposa Cherie y sus cuatro hijos le ofrecieron su apoyo y la convicción de que hacía lo correcto. Ello le ayudó a continuar, afirmó Blair, pues había mucha gente en contra de lo que a él le parecía obvio.
En declaraciones al diario británico, el primer ministro confesó que le disgustó la negativa del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a votar una segunda resolución para autorizar la guerra y agradeció su apoyo al jefe del gobierno español José María Aznar.
Blair relató que sufrió al enterarse de las primeras bajas británicas y al considerar que habían calculado mal la resistencia de las tropas iraquíes.
y que la guerra podría ser larga y sangrienta, pero, dijo, respiró al ver caer la estatua de Saddam Hussein.