Toda experiencia profesional implica la responsabilidad de tomar decisiones. Se trata de un momento significativo a la hora de probar la calidad del servicio al cliente, misma que necesita alcanzar los estándares aceptados en la normatividad vigente. Encontramos en esto dos “caras”: una, legal, más conocida y reconocida como tal; otra, ética, que suele mantenerse desconocida e implícita.
Una ruta significativa para desarrollar una toma ética de decisiones en nuestro ámbito profesional tiene como fundamento la procuración del bienestar para el cliente, sea el comprador de una casa o el paciente psicológico, quien necesita defensa en un juicio u orientación para exportar sus productos.
Desarrollada por Karen Strohm Kitchener, psicóloga de la Universidad de Denver, esta propuesta asume dos estilos de razonamiento a la hora de enfrentar una decisión, ordinaria o extraordinaria, dentro de nuestro proceso de vida: el razonamiento intuitivo y el razonamiento crítico evaluativo. El primero, intuitivo, es el “sentido común moral” que todos llevamos dentro, formado a partir de nuestras experiencias y que comúnmente utilizamos para decidir acciones inmediatas y que no requieren de una reflexión profunda. Es el caso del profesional de la Comunicación al aceptar un cliente
que solicita un servicio de publicidad.
EJEMPLO.
para su restaurante. Él está capacitado y
tiene la experiencia para sacar adelante
el proyecto.
El segundo, crítico - evaluativo, es
necesario para la toma de decisiones
importantes, por ser delicadas o extraordinarias.
Requiere de un proceso de
discernimiento como condición para
alcanzar la más favorable para todos
los involucrados, es decir, mide consecuencias,