¡AQUELLA LUNA!
En la playa de Chiclana,
Elvira perdió una noche,
¡toda una noche!, su luna.
¡Qué al Señor se lo reproche!
Por más que buscó en el cielo,
y que nos hizo buscar,
la luna no apareció.
¿A dónde se iría a alumbrar?
Se tuvo que conformar,
cuando la vio al día siguiente
en un cielo amaneciente,
prometiendo no fallar.