E L T I E M P O
“Tío Ricardo” le decían
a Benjamín Franklin cuando
se ponía a pensar, pensando
que “El tiempo es oro”, y ponía
a todos a trabajar.
Esta mañana esperando
mi turno en un consultorio,
pensé que don Benjamín
hubiera dicho: ¡Hasta aquí!,
viendo convertir su oro
en ocio: lo más nefando.