EL DINERO Y LOS MAESTROS
Estaban esos maestros,
según la foto que veo,
protestando, pero feo:
era aquello algo siniestro.
Puños cerrados, machetes;
un demagogo cualquiera,
provocaría, si lo hubiera,
con tres gritos un gran brete.
El maestro nunca ha sido
pagado a satisfacción;
el maestro es vocación,
si no, allí está perdido.
Son vasos comunicantes,
pero, si quieren dinero,
pongan changarro primero
y olviden ser educantes.