Tan cerca y tan lejos, así se presenta la posibilidad de que la directiva de Vaqueros Laguna consiga un lanzador mexicano y un outfield nacional, ambos de calidad reconocida, durante los trabajos de la Convención del Beisbol Profesional Mexicano. José Antonio Mansur comentaba ayer sobre el sueño que aún tiene de conseguir ese par de refuerzos, a quienes va a buscar durante su estancia en Cancún, aunque la experiencia de los últimos años señala que en este tipo de reuniones de trabajo no se concretan muchas negociaciones de peloteros.
El presupuesto no es por ahora un obstáculo para la contratación del mejor pelotero, pero sí lo es la escasez de calidad, sobre todo en el elemento mexicano, y ante esta situación se torne punto menos que imposible, conseguir refuerzos que vengan a resolver las necesidades de un equipo, máxime cuando la temporada está a punto de iniciarse.
El joven presidente de Vaqueros Laguna señalaba ayer su preferencia por un buen jardinero mexicano, de preferencia con excelentes cualidades defensivas, con el fin de nivelar la balanza, en relación a los otros elementos que se tienen para el outfield. La opción de conseguir un lanzador mexicano de categoría, se antoja más complicada, porque por ahora no parece haber un equipo dispuesto a soltar peloteros en esa posición y menos si se trata de mexicanos de calidad.
Las relaciones de Vaqueros Laguna con Diablos Rojos del México y Cafeteros de Córdoba, son excelentes, por razones naturales, por lo que de ahí podría venir alguno de los elementos que se requieren, aunque también existe buen trato para con Olmecas de Tabasco y Leones de Yucatán.
José Antonio Mansur mencionaba ayer el nombre de Fernando Rodríguez para regresar a La Laguna, aunque las condiciones en que trabaja la organización de Campeche parecen ser un obstáculo infranqueable para que “He-Man” pueda regresar a casa.
Una de las opciones que se ha buscado de manera insistente, es la de Alejandro “La Bomba” Romero, sin embargo, los Acereros del Norte dicen no, sencillamente porque un lanzador mexicano de esa calidad, tiene que interesarle al manager, en este caso, Dereck Bryant. Se ha pensado en Octavio Álvarez, y este espigado lanzador parecía con posibilidades de vestirse de Vaquero, sin embargo, la lesión de Javier Cruz ha sido un problema serio para los Diablos Rojos, quienes hoy por hoy tienen en Tavo a un pilar en su rotación de abridores.
Será interesante seguir de cerca las negociaciones que pueda realizar la directiva de Vaqueros Laguna, en busca de los refuerzos mexicanos que se desean, con la posibilidad grande de desprenderse de algún elemento que por ahora es importante, pero no tanto por las posiciones que se pretende reforzar.
En otro orden de ideas, ayer Moisés Camacho Muñiz se comunicó para desmentir lo señalado por Jorge Cansino, que hace unos días dejó la pretemporada de Vaqueros Laguna. Moisés Camacho dijo tajantemente que habló por teléfono con Cansino antes de que éste viniera de Veracruz para iniciar la pretemporada: “Él me preguntó cuándo arrancaba el entrenamiento y a qué hotel llegaría, le di la información y no he vuelto a platicar con él, incluso ni cuando vino para uniformarse”.
Moisés Camacho Muñiz dijo además que él ninguna autoridad tiene para decirle a un pelotero si en determinada posición va a jugar un extranjero o que se le quiere como suplente, porque no es su función: “Eso corresponde al manager o a los coaches, y en la oficina a Pepe Toño Mansur”, dijo ayer Moi Camacho.
Y mientras tanto, el tiempo sigue su marcha, se acerca el arranque de los juegos de exhibición y el próximo domingo Vaqueros estará en Cadereyta, Nuevo León, ante un equipo de esa localidad; el calendario de partidos de pretemporada señala tres frente a Saraperos de Saltillo, único rival de Liga Mexicana, por lo que se espera que el resto de los contendientes, con carácter amateur, sean un verdadero sinodal para la novena de Alex Taveras.
En el pasado hay experiencias amargas, al enfrentar a equipos carentes de fuerza, a quienes en la primera entrada se le anotaban diez carreras o más, para tirarse a la hamaca el resto del partido; dichos encuentros de nada servían dentro de la preparación y a la hora de la verdad, las consecuencias generalmente fueron lamentables, porque Unión Laguna terminaba de ponerse en forma ya en plena temporada regular, con buena dosis de derrotas de por medio, de las cuales siempre fue muy difícil levantarse.