Un atractivo extra para la serie entre Diablos Rojos del México y Vaqueros Laguna, es el enfrentamiento entre los presidentes de ambos equipos, Roberto Mansur Galán, titular de los escarlatas y el sobrino, José Antonio Mansur Beltrán, de la escuadra local.
José Antonio, que hace su presentación como presidente de Vaqueros Laguna, dijo durante la pretemporada que los juegos ante Diablos Rojos del México y Cafeteros de Córdoba, tendrían un sabor muy especial, por enfrentar a dos familiares que han sido importantes en su formación como directivo del beisbol.
Seguramente José Antonio Mansur ha platicado largo y tendido con Alex Taveras, manager de Vaqueros, sobre la marcha del equipo en este arranque de temporada y de las necesidades que haya en el plantel, con el fin de redondearlo y ponerlo en camino de mantenerse entre los mejores de la Zona Norte y de toda la Liga Mexicana.
Muchas cosas llaman la atención en cuanto al manejo de Alex Taveras, a quien se puede señalar de ir en contra del famoso “librito”, pero todo queda en segundo término, siempre que los resultados sean positivos y hasta ahora Vaqueros los ha entregado. El manejador dominicano tuvo acciones lógicas para el toque de sacrificio, pero nunca enseñó esa señal, sin embargo, sí lo hizo con Alejandro Ortiz al bat y eso se antoja extraño. Cuando nadie esperaba el squeeze play, lo ordenó a Carlos Rodríguez, para traer la carrera de la victoria el domingo, durante el último juego de la serie frente a Saltillo, en el Parque Francisco I. Madero.
¿Quién será el receptor esta noche?, es una pregunta interesante; ¿quién va a cubrir la primera base?, ahora con una buena posibilidad en Idelfonso Lara. ¿Quién será la elección para abrir el orden al bat?, porque al parecer, Vaqueros no tiene un primero natural, como lo han sido Alex Díaz o Ramón Sambo en otros tiempos.
Tanto Diablos como Vaqueros perdieron su serie frente a los Sultanes, pero la diferencia es que los escarlatas se metieron al Estadio Monterrey, mientras que los laguneros enfrentaron al líder norteño en el Estadio de la Revolución.
Fiel a su costumbre, la directiva de los Diablos Rojos ya empezó a realizar movimientos, y de entrada hay tres bajas relevantes, Cornelio García, Pedro Castellano y Juan Melo, por lo que el equipo viene con cuatro extranjeros, al activar a Félix José; se espera que de un momento a otro, Roberto Kelly ocupe un lugar en el roster, porque el panameño dejó muy contento con su desempeño en el 2002 a los directivos escarlatas.
Al hablar de Vaqueros es importante señalar lo necesario que es el apoyo de los aficionados, quienes en ocasiones desean ver a un bateador siempre conectar de hit o a un lanzador conseguir outs sin problemas; el comentario es por lo sucedido con Israel Alcántara, un bateador importante que bien o mal ha decidido dos partidos y lo mejor de su ofensiva está por venir; es cierto, su defensiva no es lo mejor, pero tenderá a mejorar en la medida en que sienta el respaldo no sólo de la organización sino del público, que con su presencia en el escenario hace posible el espectáculo.
Dicen que “en la forma de tomar el taco, se conoce al que es tragón” y Alcántara, aunque no ha conectado el número de imparables que se quisiera, sí ha enseñado tener las condiciones para convertirse en el bateador importante de la novena, desde luego con el apoyo de otros elementos claves.
Alcántara llegó a la pretemporada y de inmediato se le vio el deseo de pertenecer a un grupo unido y ayudar a sus nuevos compañeros, sobre todo los jóvenes; durante los entrenamientos dio varios consejos a los novatos, a quienes invitó a disfrutar del beisbol, porque esto debe ser una fiesta. Para jugar en el 2002 con Cerveceros de Milwaukee se necesita tener calidad comprobada, y Alcántara es poseedor de esa característica; el máximo jonronero en el beisbol invernal de República Dominicana, indudablemente debe poseer condiciones para destacar en la Liga Mexicana.
En los últimos partidos se ha visto hacer buen contacto con la bola a Alejandro Ortiz, el “Cañón Jarocho” inició lento la temporada, pero ahora ya batea para .200, con siete imparables, en Saltillo estuvo a punto de dar su primer jonrón, pero muy poco le faltó a la pelota para irse al otro lado de la barda.
Vaqueros tiene material para que el manager Alex Taveras arme un equipo competitivo y que además dé espectáculo en cualquier parque de la liga; desde luego, las derrotas van a aparecer, pero se buscará que sean las menos posibles y siempre con la cara al sol, cuando el rival sea mejor y no por falta de deseos o aplicación del equipo.