José Juan Bellazetín ya probó como abridores a Jorge Roque, Edgar Pérez y Abraham Elvira, los dos últimos no respondieron a la confianza y siguen los problemas del “Piri” para integrar una rotación de inicialistas que permita al equipo tener una actuación digna en la parte final de la segunda vuelta. Cada día es más necesario darle la pelota para abrir partidos a Julio César Jiménez y Federico Castañeda, aunque Pérez y Elvira podrían tener una segunda oportunidad.
Quien ha lucido como relevo es Randey Dórame y de mantenerse en ese nivel, su calidad de zurdo podría ser clave, además de ayudar a que Bellazetín por fin se decida por Julio César Jiménez para iniciar partidos, algo que es mucho más que una necesidad, quizá una obligación, como lo es ya la salida de Aníbal Reynoso, que el sábado fracasó estrepitosamente como preparador, trabajo para el cual había enseñado tener cualidades.
Mucho para el comentario dio el encuentro sabatino frente a Saraperos y al llegar una dolorosa derrota, de inmediato algunos aficionados se inclinen por el regreso de José Juan Bellazetín a la oficina. Es una realidad, las cosas no le han salido al “Piri”, pero en el segundo de la serie ante Saltillo, hizo lo correcto al traer del bullpen a Trebor Álvarez, porque el de Guadalajara, con 15 salvamentos y cuatro ganados, representa 19 triunfos para Vaqueros Laguna y como ser humano en alguna ocasión va a fallar, como la ha hecho en ocasiones pasadas. Es importante analizar los partidos y cómo se dan las cosas para entender que cualquier manager en esas condiciones va a jalar por su mejor relevo.
Donde sí podría darse un cuestionamiento en el manejo del manager de Vaqueros durante ese partido, es al haber sacado a Randey Dórame, cuyo relevo había sido muy efectivo, al retirar a seis bateadores en orden, con par de ponches, a Eduardo Jiménez y Cristian Presichi. Bellazetín trajo para la octava entrada a José Aníbal Reynoso y el dominicano fue muy desafortunado en su trabajo, al aceptar sencillo y doble, para complicar la situación. Vino entonces el ingreso de Julio César Jiménez (debe ser abridor) y el resto de la historia usted ya la conoce.
Como siempre las reacciones vienen en función del resultado y la pregunta es lógica ¿qué se hubiera comentado si Trebor Álvarez realiza el trabajo? Seguramente no habría elogios para Bellazetín, porque así es el trabajo de los managers, sobre todo cuando su equipo está en problemas de los cuales él es el menos culpable, porque “El Piri” no trajo a Alex Taveras, Henry Mercedes, Efraín Valdez, Israel Alcántara o Aníbal Reynoso. El actual manager de Vaqueros tomó una herencia muy negativa del dominicano que estuvo al frente en el arranque de la temporada y vino a La Laguna con la idea de que aquí nadie sabía de beisbol.
Hoy en día la molestia de muchos aficionados se manifiesta y vaya labor de Jorge Luis Lechuga para escuchar comentarios tendenciosos, algunos más con amargura, otros viscerales y muy pocos centrados, con el ánimo de construir y con profundo dominio de lo que se dice.
A estas alturas del calendario regular las posibilidades matemáticas de Vaqueros Laguna son reales y señalarlo así no es engañar a la gente; es cierto, la empresa es difícil y se requiere una gran racha como en el Norte la han tenido Sultanes, Saltillo, Puebla, Tecolotes y Diablos Rojos. Esa racha no se va a dar por obra de la casualidad, la directiva tiene mucho por hacer, se conocen las necesidades, pero hasta ahora no se han tomado las medidas necesarias y el plazo vence el 27 de junio.
Todos los involucrados en el beisbol, estamos obligados a apoyar desde nuestras respectivas trincheras. La organización de Vaqueros, integrada por peloteros, cuerpo técnico y directivos tiene una misión clara; el público también debe cumplir una labor y el alejarse del Estadio de la Revolución por la falta de consistencia ganadora no es de verdaderos aficionados, porque en muchas ocasiones se han visto grandes partidos con derrotas del equipo local.
Sumar y sumar cada día, eso es lo que se requiere; la directiva ha cometido errores y quienes la forman son los primeros en reconocerlos, porque a ellos, más que a nadie, les duele ver actuaciones del equipo como las que hoy en día lo tienen en el sótano de la Zona Norte. El 14 de noviembre de 2002 la gente no cabía en el salón del hotel en que se presentó la nueva directiva de Vaqueros Laguna; hoy en día a dos o tres de los ahí reunidos, se les ve todos los días en el Estadio de la Revolución. El 18 de marzo hubo un espectacular lleno en el escenario, pero paulatinamente las asistencias vinieron abajo y eso no es de una buena afición.
Los Cachorros de Chicago ganaron su último título en los primeros años del siglo pasado y el sábado anterior vimos el partido ante Medias Blancas con lleno completo en Wrigley Field; las últimas temporadas de los “Cubs” han sido desafortunadas, en cuanto a resultados, pero sus seguidores acuden al parque a presenciar un buen espectáculo, a ver los peloteros de calidad que presenta el rival y a disfrutar del deporte favorito, por tener la fortuna de contar con un equipo en su ciudad; ese es el verdadero aficionado, el que necesita Vaqueros Laguna.