Vaqueros Laguna ha decidido apostar por los jóvenes pero la tarea se antoja difícil, sobre todo por el nulo trabajo en ese aspecto durante las últimas temporadas. Hasta el 2002 la Asociación Lagunera de Beisbol realizaba una labor de gran mérito, pero los entonces Algodoneros no aprovecharon; con la llegada de una nueva directiva se pensó que las cosas cambiarían pero todo sigue igual.
Aunque no se ha dado a conocer de manera oficial, el sistema de scouteo en la Liga Mexicana se va a modificar y de ahora en adelante todo pelotero joven deberá llegar al profesionalismo a través de la Academia “Alejo Peralta” de El Carmen, Nuevo León, para incorporarse a los 16 equipos del circuito mediante un sorteo, como muchas veces se hizo en la desaparecida Escuela de Pastejé.
No hay duda que lo mejor para Vaqueros Laguna es poner verdadera atención en los prospectos que hay en la región, y si decidieran tomar esa opción, mucho podrían aportar Raúl Héctor Parra Monsiváis y Francisco “Chino” Galindo. El primero, como ex presidente de la Asociación Lagunera de Beisbol, visitó prácticamente todos los rincones de la región y encontró muchos jóvenes llenos de cualidades, uno de ellos es Fernando Fernández Calderón, lanzador zurdo de excelentes cualidades que ya tuvo destacada actuación en la sucursal de Vaqueros en la Liga Tabasqueña.
Francisco Galindo fue parte de esa academia cuando ésta empezaba a funcionar y actualmente “El Chino” tiene una escuelita con verdaderas promesas del beisbol profesional, por esta institución han pasado laguneros que van camino a República Dominicana y algunos ya están en Liga Mexicana de Verano, lamentablemente no con Vaqueros, sino con Pericos de Puebla y Saraperos de Saltillo.
Además de triste, es muy lamentable que el equipo profesional de La Laguna hoy tenga apenas un pelotero nacido en esta tierra, como es el caso de Federico Castañeda; se sabe de dos elementos más en sucursales, pero aún hay muchos jóvenes llenos de cualidades que bien merecen una oportunidad.
Los propietarios de la franquicia lagunera han tomado algunas decisiones desafortunadas; en primera instancia terminaron con una tradición de más de medio siglo, como era el Unión Laguna, para adoptar, según señalaron, mediante una encuesta, el nombre de Vaqueros, que no termina por convencer a la mayoría de los seguidores del “Rey de los Deportes”.
También se dio un cambio en los colores del uniforme y a pesar de que el público se inclinó por el verde y amarillo, al estilo de los Atléticos de Oakland, finalmente la elección fue por el naranja, que tampoco termina por convencer a la mayoría de los aficionados. Recordamos el correo electrónico de un aficionado que decía a los directivos: “No traten de pasar a la historia como los enterradores de toda una tradición, como es el Unión Laguna”, las súplicas no se escucharon y nacían así los Vaqueros, que están muy lejos de tener la popularidad de los Algodoneros.
Se pretendió también imponer una mascota, pero desde su aparición en el escenario ese toro a nadie agradó, el público pedía a gritos “el pollo” y afortunadamente ahí sí se hizo caso a las súplicas del respetable, “Rolando Bases” está de regreso y qué bueno por el espectáculo que se ofrece en el Estadio de la Revolución.
Las relaciones de la nueva organización no son sanas con la mayoría de la prensa y si acaso se puede hablar de dos excepciones, Grupo Oir y El Siglo de Torreón; el anterior es un aspecto fundamental en el logro de objetivos importantes, sobre todo cuando se ha realizado un tremendo esfuerzo en lo económico, lamentablemente los objetivos de Vaqueros y los deseos de su afición nada tienen que ver con la existencia de una chequera abultada.
A Vaqueros le queda escasamente un mes de actividad para brindarle una verdadera oportunidad a los jóvenes que ahora están en el equipo, y además de sus cualidades como beisbolistas, han demostrado deseos de hacer carrera en esta organización. Los que a lo largo del calendario han mostrado apatía no deberán tener cabida el año entrante, porque las oportunidades recibidas ya fueron bastantes y esa no es la forma de corresponder a una directiva seria y sobre todo a una afición, que a pesar de todo ha demostrado ser noble, con sus asistencias al Estadio de la Revolución.
Parte de la identidad que requieren estos Vaqueros se basa en la cantidad de jugadores laguneros que tengan en sus filas, y nada hay en contra de los foráneos, pero qué bonito es asistir al escenario y percatarse que a los buenos peloteros locales en su tierra se les brinda una verdadera oportunidad. No deben olvidarse los nombres de Raúl Héctor Parra Monsiváis y Francisco Galindo Canales, si la directiva de Vaqueros Laguna realmente está interesada en dar la oportunidad a los prospectos de la región, en caso contrario, a seguir en espera de esos garbanzos de a libra que día con día son más difíciles de conseguir.