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Rincón Beisbolero

Claudio Martínez Silva

Un día importante en la historia del beisbol amateur de la región fue el sábado 30 de agosto de 2003, cuando Alonso Pérez González se “fajó” para reconocer a quienes verdaderamente han realizado cosas importantes, no sólo por el “Rey de los Deportes” sino en general, por el Distrito Deportivo Laguna, reconocido oficialmente por la Confederación Deportiva Mexicana, gracias a las gestiones de la Federación Mexicana de Beisbol.

Es triste que en la Comarca Lagunera haya quienes, en busca de obtener beneficios personales, realicen actos que atentan contra la propia identidad de La Laguna, un distrito deportivo que existe gracias a personas bien nacidas como Alfonso Díaz Couder Calero (qepd), Rodolfo Ayup Sifuentes y Raúl Héctor Parra Monsiváis, hombres decididos a aportar recursos de su bolsa y a invertir muchas horas de su tiempo, porque lo más necesario en el deporte lagunero es la existencia de personas dispuestas a servirlo y no de quienes quieren servirse de él.

Un grupo de personas desde hace varios años se dedica a poner trabas al beisbol organizado de la región, en donde se cree, existen recursos inagotables, cuando lo que se requiere es directivos y ligas que cumplan los lineamientos del deporte federado. Las ligas que hoy se dicen afiliadas a la Asociación Lagunera, no se caracterizaron por cumplir los compromisos económicos y esa situación lógicamente ha provocado la inexistencia de recursos para la promoción y desarrollo de esta disciplina en la región.

Durante muchos años de su gestión, Raúl Héctor Parra Monsiváis se distinguió por su gran cariño al “Rey de los Deportes”, aspecto que va de la mano con su honestidad y con su amor propio, porque antes que nada se trata de un ser humano, un hombre que ayer explotó ante las negras intenciones de quienes dicen ser amantes del beisbol y exigían a Jorge Gerardo Gallegos Sánchez, les tomara la protesta como nueva mesa directiva de la Asociación Lagunera de Beisbol. Afortunadamente el titular del deporte en Torreón no cometió uno más de los errores en que ha incurrido; Gallegos Sánchez no tiene autoridad oficial para avalar una mesa directiva, como la tiene Raúl Parra, vicepresidente de la Federación Mexicana de Beisbol para la Zona II. Es más, la titularidad del deporte en Torreón no le da facultades para convocar a una asamblea, así haya recibido la orden de un superior, Guillermo Anaya Llamas.

Las personas que se valieron de la inocencia de los niños para manifestarse aquel 27 de mayo de 2003, hoy se enfrentarán a dos caminos: alinearse dentro de los estatutos de la Asociación Lagunera de Beisbol o bien, irse a Coahuila o Durango, en donde seguramente los van a recibir con los brazos abiertos. Qué triste es escuchar a quien dice no interesarse por que su liga esté en el beisbol organizado y apenas renunció Raúl Parra se tiró con todo en busca del control de la asociación local.

A raíz del último Campeonato Nacional de Mayores, varios peloteros, de los que se consideran “caballos”, amenazaron a Raúl Parra, entonces presidente de la Asociación Lagunera, con regresar a casa si no se les entregaba una cantidad de dinero, cuando ya se había logrado el boleto para la segunda ronda; el directivo vino a Torreón y consiguió recursos, gracias al apoyo de los equipos participantes en la Liga Mayor; fue entonces que los peloteros recibieron una cantidad y se mantuvieron en la competencia; entre quienes extendió la mano estaba el entonces delegado de La Laguna, que hoy forma parte del grupo que desea fervientemente tomar el control del beisbol amateur en la región.

En el 2001, Raúl Héctor Parra Monsiváis, con recursos propios, se dio a la tarea de fundar la Escuela Instruccional de la Asociación Lagunera de Beisbol; Francisco “Chino” Galindo, Antonio Moreno y Víctor Orozco recibían una paga de $400.00 semanales, como instructores, dichos recursos no salían de las aportaciones de las ligas afiliadas. En innumerables ocasiones los representativos de La Laguna tuvieron uniformes para participar en campeonatos nacionales de diferentes categorías, gracias a que Raúl Héctor Parra Monsiváis donó el material y la mano de obra, incluso mediante el pago de horas extras, todo con el fin de tener a La Laguna en una competencia oficial y por solicitud de la propia Federación Mexicana de Beisbol, que en aquel entonces encontró repentinamente la renuncia de uno de los participantes ya confirmado.

Ejemplos como los anteriores hay muchos en el caso de Raúl Héctor Parra Monsiváis, los hubo también en la gestión de Rodolfo Ayup Sifuentes y en tiempos de Alfonso Díaz Couder Calero; gracias a ellos, La Laguna se mantiene con el reconocimiento oficial de la Confederación Deportiva Mexicana y a lo largo de su historia ha tenido un sitio en el ámbito deportivo nacional.

A quienes desean el control de la Asociación Lagunera de Beisbol, la invitación a recapacitar por el bien del deporte federado de la región; seguramente tienen mucho que darle al beisbol, pero para hacerlo hay dos caminos adecuados y esos no son involucrar a los pequeños (los menos culpables) en la grilla. Sujetarse a los reglamentos o bien, incorporarse a Coahuila o Durango, en donde serán bien recibidos.

La voz de Alonso Pérez González fue contundente y sin titubeos: Juan Manuel Pérez Medina tiene el reconocimiento oficial como presidente de la Asociación Lagunera de Beisbol y Raúl Héctor Parra Monsiváis sigue como vicepresidente de la FeMeBe para la Zona II; quienes quieran estar dentro del beisbol organizado de la región, ya conocen el camino.

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