La iniciativa de un grupo de ciudadanos laguneros, en el sentido de crear la Fundación Río Nazas bajo la forma de una asociación civil, con el objeto de preservar y promover la cultura generada en La Comarca, es digna de apoyo.
La cultura comprende todas las manifestaciones objetivas y concretas de la vida humana y por tanto, las manifestaciones culturales no se limitan a las creaciones artísticas, si bien éstas son una parte representativa. La cultura surge desde las profundidades del pensamiento, pasa por la filosofía, la religión, los modos de vida, el diseño y materiales empleados en el vestido personal y la vivienda, hasta las formas de producción de bienes y servicios y la distribución de la riqueza.
En ese sentido, el entorno ambiental y geográfico influyen de manera importante en el desarrollo de las comunidades humanas y la sociedad de la Comarca Lagunera no es la excepción. El Río Nazas penetra en la llanura semidesértica y desborda su cauce hasta crear las viejas lagunas, que han dado el nombre a la región.
A la ribera del Río y en torno a las lagunas, se crea una forma de explotación agrícola al ritmo de los ciclos del Padre Nazas, sus crecientes y sequías; más tarde vendría la construcción de un sistema de riego a base de presas y canales, que habría de elevar la potencialidad productiva a un costo ambiental que no ha sido cuantificado.
Sin embargo de lo anterior, nuestra región acusa una tendencia a la diversidad desde su origen, como punto estratégico de paso de las vías férreas y carreteras, que alientan una vocación comercial e industrial que se desarrolla de manera lenta pero consistente en paralelo a los ciclos bruscos de la agricultura, y a la vez provoca grandes corrientes migratorias y un desarrollo expansivo.
La superación de viejas formas de explotación de la tierra en La Laguna y la pérdida de competitividad momentánea en ese renglón, la disolución de las comunidades rurales y la migración del campo a la ciudad; resultan compensados por el desarrollo urbano, la expansión comercial y la emergencia de plantas fabriles tecnificadas y grandes empleadoras de mano de obra y de talento. La crisis existencial y social en la región, así como al nostalgia por el pasado que a la distancia se idealiza y se agiganta, resultan inevitables. Surge el reto de preservar la identidad humana de la Comarca Lagunera, pero no sólo para acariciarla como un viejo libro de recuerdos sino para ejercitarla y fortalecerla, en orden a su adaptación y cambio para enfrentar los retos que depara el porvenir.
Este es el reto de la sociedad lagunera en torno de la Cultura del Río, su propia cultura y parte de su identidad. Por ello los promotores de la Fundación Río Nazas, asumen la misión de regenerar el patrimonio ecológico, la etnología, la música, el folclore, etcétera, como fenómenos sociales y culturales que contribuyen a la calidad de vida. Lo anterior para ofrecer sustento y permanencia a los planes de desarrollo y ofrecer oportunidades a las nuevas generaciones.
Una de las enseñanzas del actual proceso de cambio que sacude a nuestro país, es que los gobiernos no pueden hacer solos las cosas. Cada día es más necesaria la participación de la sociedad en organismos intermedios no gubernamentales, que en virtud de su propia consistencia y capacidad de articulación, se vinculen a los planes de gobierno en una interactuación recíproca, productiva y desde luego respetuosa.
La Fundación Río Nazas inicia sus actividades esta semana, con una propuesta que esperamos sea concretada con el apoyo de la comunidad.
A estas reuniones han sido convocadas entidades de gobierno, universidades e institutos de enseñanza superior y organismos sociales de diversa índole, que esperamos respondan a esta labor que no pretende ser nueva, pero sí intenta contribuir a la síntesis de otros esfuerzos del pasado y actuales, que se aplican en el mismo sentido.