Guadalajara (México), v (EFE).- La escritora chilena Isabel Allende afirmó que la escocesa J.K. Rowling, creadora de la serie Harry Potter, se merece un Premio Nobel por haber conseguido que los niños del mundo recuperen su pasión por leer.
Ante un auditorio repleto de lectores jóvenes, entusiasmados con sus libros, la autora chilena se mostró anoche convencida de que Rowling ha logrado cosas que ningún gran literato consiguió, al abrir las puertas de la literatura infantil al mundo.
Allende consideró "fantástico" poder ver a sus tres nietos leer con entusiasmo libros de más de 600 páginas y lamentó que el estilo que tiene como escritora no suscite en los lectores la avidez que consigue Rowling con la saga de Potter.
"Creo que hay que dar el Premio Nobel a esta señora, porque se lo merece. Tiene al mundo infantil leyendo por primera vez", agregó Allende en el marco de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara.
Explicó que muchas sociedades en las que se habla de que la juventud está en crisis en realidad enfrentan procesos en los que los adultos no saben convivir con unos jóvenes con más poder del que tenían antes.
La escritora, quien reside en San Rafael (EEUU), cree que la "educación, acceso a la salud y sobre todo, acceso a la información" han sido los pilares que posibilitaron estos cambios, sobre todo para las mujeres, a las que advirtió que deben estar en guardia porque los avances benefician sólo a una minoría y puede haber retrocesos.
"Los hombres han tenido un gran éxito en lograr que el feminismo no sea sexy", dijo Allende, quien cree que los aparentes logros de la mujer los disfrutan únicamente aquellas que viven en las zonas urbanas y cuentan con acceso a la educación, lo que excluye al 80 por ciento de las que habitan el planeta.
"Eso va a cambiar para las generaciones de ustedes", añadió la autora para quien no valen falsas complacencias porque "la lucha feminista no ha terminado, lo que pasa es que ha cambiado".
Allende también habló de su último libro, "El reino del dragón de oro", basado en una historia fantástica ambientada en Bhutan, reino asiático ubicado en las faldas de la cordillera del Himalaya y que nunca visitó.
Sin embargo, se inspiró en sus viajes por Nepal y el norte de la India.
La novela dirigida a los jóvenes es la segunda parte de una trilogía que comenzó con "La ciudad y las bestias" y que concluirá el próxima año con una tercera obra aún sin titular.
Para Allende, escribir un libro no persigue un afán didáctico ni consiste en dar respuestas a nada sino siempre en plantear preguntas, y señaló que la posibilidad de llevar al cine alguno de los suyos le parece todavía lejana.
"Hay algunos interesados pero nada todavía concreto", dijo la autora para añadir que cuenta como frustraciones sus experiencias de acercamiento a Hollywood porque los productores le plantean proyectos, tratan de convencerla, pero después se olvidan de ellos.
Para Allende los mundos mágicos surgidos de la imaginación y plasmados en sus libros nacen de la propia experiencia y no son exclusivos de los artistas sino patrimonio del ser humano.
"Ese mundo lo tenemos todos. Yo no lo invento sino que me abro a la posibilidad de que existe", señaló la escritora, quien hizo reír a público al narrar las historias de su abuela loca, quien por telepatía enviaba a sus amigas sus recetas de tarta de manzana.
"Crecí con la idea de que todo es posible, de que hay muchas dimensiones de la realidad", dijo la escritora chilena, quien se declaró abiertamente una adicta a la escritura.
"Es un proceso maravilloso (...) Lo que sucede es que con cada novela uno se enamora. La escritura es mucho como enamorarse. Ese deseo de estar siempre con el amado, todo el tiempo", dijo Allende.