El titular de la Secretaría de la Reforma Agraria, Florencio Salazar Adame, justificó la permanencia de la institución a su cargo, pues realiza una actividad que no tiene sustituto en el campo, como es la de contribuir a la paz social.
Ante la insistencia de algunos legisladores para que desaparezca la dependencia al dejar de haber tierra por repartir, el funcionario atajó que este es un asunto que deben resolver en la Cámara de Diputados. “No es un asunto que me toque decidir”, acotó.
Confió que en el próximo año la Secretaría de la Reforma Agraria (SRA) no tenga recortes presupuestales, y si bien tampoco tendrá un incremento sustantivo, será de las pocas instituciones públicas que no sufran mermas en sus recursos.
Sin embargo, cerca del 65 por ciento de cuatro mil proyectos productivos femeniles se quedarán sin apoyo para el 2004, a pesar de que en este año el presupuesto del Programa de la Mujer en el sector Agrario (Promusag) se incrementó en 200 por ciento en relación al anterior.
Explicó que los proyectos podrían dejar sin posibilidad de una actividad económica a 15 o 20 mil féminas del medio rural, lo mismo del ámbito artesanal, agrícolas, acuícolas y de costura, entre otras.
Entrevistado al término de la ceremonia en la que se conmemoró el Día Mundial de la Mujer Rural, Salazar Adame destacó las labores que realiza la SRA para preservar la paz social en el campo, como el ordenamiento de la propiedad rural y la solución de los conflicto sociales derivados de los conflictos agrarios.
En el evento se transmitió un mensaje videograbado de la señora Marta Sahagún de Fox, donde expresó que las mujeres campesinas han transformado al sector rural y en especial han sido soporte primordial de sus familias.
Se ha convertido, sostuvo la Primera Dama, en uno de los pilares económicos del campo y en un factor decisivo para la independencia democrática de sus comunidades.
A pesar de ello, continuó, sus esfuerzos no se han visto reflejados ni en mejor educación, salud o calidad de vida, pero les pidió seguir adelante con mucho trabajo para fomentar en la sociedad una educación para la vida, que promueva el aprecio por la diversidad, la tolerancia y el respeto a las diferencias de género.