SAN ANTONIO, EU.- En la tierra del Alamo, la balanza en la final de la Conferencia del Oeste se está inclinando en gran medida a favor de los Spurs por el aporte de un suplente argentino y un armador francés.
Emmanuel Ginóbili y Tony Parker tienen a San Antonio a una victoria de eliminar a los Mavericks de Dallas y avanzar a la serie final de la NBA.
El buen desempeño de ambos podría estar disipando las dudas de unos cuantos escépticos de que los basquetbolistas extranjeros no están al mismo nivel que los estadounidenses.
Cualquiera que hubiera presenciado la clavada por la espalda que hizo Ginóbili en el cuarto partido y los desplazamientos endiablados de Parker debería haber quedado convencido de una vez por todas.
“Ginóbili nos tomó totalmente por sorpresa”, dijo el técnico de los Mavericks Don Nelson. Los Spurs “tienen tantos recursos que es difícil contenerlos a todos”.
La manera cómo los Spurs se hicieron de los servicios de Parker y “Manú” todavía llama la atención.
Parker fue seleccionado en el puesto 28 de la primera ronda del reclutamiento de jugadores del 2001, por debajo de otros que ni siquiera están en la NBA.
El caso de Ginóbili, que sale de la banca, es para rascarse la cabeza: fue el número 57 en 1999. En una temporada en la que David Robinson se está despidiendo, los Spurs encontraron en Ginóbili y Parker la forma de apuntalar su arsenal más allá de su astro Tim Duncan.
“Manú te sorprende por su gran habilidad atlética y lo ágil que es. Sabe penetrar hacia la canasta”, comentó el base de Dallas Steve Nash.
Ginóbili, de 25 años y quien antes de venir a la NBA militaba en Italia, es además un tremendo pasador y sabe tirar con eficacia desde la raya de tres puntos.
Durante la pretemporada, al veterano base de los Spurs Steve Kerr pidió un informe sobre Ginóbili, cuyo juego en el mundial del año pasado fue clave para conducir a la Argentina al segundo lugar. Ginóbili casi ni jugó en la final ante Yugoslavia debido a un golpe en el tobillo.
El argentino lució mal en sus primeros entrenamientos y surgieron dudas de que se le complicaría la adaptación a la NBA, particularmente por el hecho de que en Estados Unidos se dispara desde más lejos para los triples.
Al colar tres de sus cinco triples en el primer tiempo ante Dallas, Ginóbili despejó cualquier duda. Ginóbili, además de su puntería y sus pases, también juega con estilo y personalidad. Muchos aficionados de Dallas se quedaron boquiabiertos al verlo clavar el balón por la espalda, una jugada que muy pocos pueden ejecutar.
“Cada partido que Tony, Manú y (Stephen Jackson) acumulen en los play offs les ayuda bastante, porque están ganando experiencia”, dice el técnico de San Antonio Gregg Popovich, quien deberá dirigir contra Ginóbili en los próximos meses.
Popovich formará parte del cuerpo técnico de Estados Unidos cuando el “Dream Team” busque la clasificación a los juegos olímpicos de año próximo, en un torneo clasificatorio que se efectuará en Puerto Rico.
Ginóbili jugará con la Argentina, que el año pasado se dio el gusto de vencer a Estados Unidos en el mundial, pasando a ser el primer equipo que derrota a un equipo de profesionales de la NBA.
¿Podrá Argentina repetir ese proeza ante un Estados Unidos reforzado con gente como Kobe Bryant, Tracy McGrady y Allen Iverson?
“Eso todavía no se sabe”, dijo Ginóbili. “Manú” y su compañero Pepe Sánchez de los Pistones de Detroit dicen que Argentina cuenta ahora con un par de jóvenes delanteros que harán pasar al olvido a Hugo Sconochini.
Para quienes no se acuerdan, Sconochini fue la víctima de una falta que no se señaló al sonar la chicharra y que le costó a los argentinos la medalla de oro en el mundial de Indianápolis.
Esperan recuperación de Nowitzki
El coach de los Mavericks de Dallas, Don Nelson, sabía que Dirk Nowitzki quería jugar más que nadie el partido del domingo en la noche ante los Spurs de San Antonio, en la serie final de la conferencia del oeste de la NBA.
Sin embargo, Nelson sabe que hay mucho más en juego que el pase a la final y de inmediato recordó la primer plática que sostuvo con Nowitzki, cuando éste llegó a los Estados Unidos en 1998.
“No voy a poner en duda su carrera en este momento”, comentó el coach antes del juego. “Eso sería muy tonto de mi parte. Cuando llegó aquí su padre me dijo que yo sería su padre en América y él su padre en Alemania. Así que como su padre en Estados Unidos, yo digo que no jugará hasta que esté completamente recuperado”.
Nelson señaló que volverá a evaluar al delantero, por lo que no lo descarta para el juego de hoy.
Por otra parte, Larry Brown renunció ayer a la conducción técnica de los 76ers de Filadelfia tras seis temporadas rutilantes, pero marcadas por sus entredichos con Allen Iverson, el astro del equipo.
El técnico dijo en una conferencia de prensa que se trató de una decisión que ponderó “por mucho tiempo”.
Brown, miembro del Salón de la Fama, podría ser el candidato para llenar varias vacantes en la NBA.