Reuters
WASHINGTON, EU.- Estados Unidos no levantará sus sanciones económicas contra Libia aunque Trípoli acepte su responsabilidad en el atentado con bomba que en 1988 derribó el vuelo 103 de Pan Am sobre Escocia, y escape así de las sanciones de la ONU, dijeron ayer funcionarios de Estados Unidos.
Los funcionarios dijeron que Libia debe emprender una serie de acciones —sobre todo convencer al gobierno de Estados Unidos que ya no apoya el terrorismo y no está intentando obtener armas de exterminio—, para que Washington levante las sanciones.
Fuentes diplomáticas dijeron que Libia aceptó pagar 2,700 millones de dólares a los familiares de las 270 víctimas del atentado, es decir diez millones por víctima.
Si Libia lo hace esta semana, tal como quedó asentado en el acuerdo, las sanciones impuestas por las Naciones Unidas en 1992 serán levantadas.
El Consejo de Seguridad de la ONU le impuso a Libia en 1992 un embargo aéreo, de armas y sobre otros equipos, para presionar al país a que entregara a dos sospechosos del atentado para someterlos a juicio.
Las sanciones fueron suspendidas cuando Libia entregó a los dos sospechosos en abril de 1999. El agente libio de inteligencia Abdel Basset al-Megrahi fue condenado. El otro fue absuelto.
Libia, respaldada por otras naciones árabes, desea que las sanciones sean levantadas formalmente. Cuando a un funcionario estadounidense se le preguntó qué efecto tendría en la decisión de Estados Unidos el levantamiento de las sanciones de la ONU, respondió que “ninguno”.
“Eso no va a suceder durante mucho tiempo”, agregó, y explicó que las preocupaciones de Washington sobre Libia tienen que ver con el apoyo que ese país dio al terrorismo en el pasado y las intenciones de Trípoli de desarrollar armas químicas, biológicas o nucleares.