WASHINGTON (AP) .- ¿Cuál es la mejor defensa para evitar que nos devoren? Seguir creando nuevas defensas, o crear una que sea abrumadora y advierta a los posibles atacantes de que lo lamentarán si lo hacen?
Ambas actitudes parecen dar resultados, según señala un nuevo estudio. Algunas plantas y escarabajos se adaptan entre sí, desarrollando nuevos ataques y estrategias de defensa, mientras que sapos venenosos desarrollan colores brillantes para advertir que la mordedura de un atacante puede ser fatal... para éste.
El desarrollo de esas características es descrito en un par de estudios publicados esta semana en la Internet sobre Procedimientos de la Academia Nacional de Ciencias.
Normalmente, los animales tienden a desarrollar colores que los ocultan de los atacantes, pero ciertos tipos de sapos han tomado una actitud opuesta, que implica colores brillantes cambiantes que los hacen más conspicuos.
Juan Carlos Santos y sus colegas de la Universidad de Texas informan que los sapos parecen haber desarrollado colores brillantes al mismo tiempo que se especializaban en dietas de hormigas, termitas y otros insectos que proveen toxinas que se acumulan en sus cuerpos, lo cual los hacen más tóxicos a los atacantes.
El color brillante sirve como una advertencia de que el sapo es venenoso, tiene un sabor terrible o por lo general no merece la pena el esfuerzo_ algo que los atacantes aprenden rápidamente, si imitan a los sapos.
Otras especies, tales como las mariposas monarca, tienen advertencias de colores.
Según David C. Cannatella, integrante del grupo de Santos, los científicos pensaron que el desarrollo sólo ocurría una vez en la evolución de una especie debido a que el veneno era tan complejo. Pero el equipo estudió el ADN del animal a fin de descubrir cuándo se adquirían determinadas características y hallaron que los venenos y colores brillantes habían evolucionado varias veces en varias variedades de sapos.
En un documento separado en PNAS, Judith X. Becerra de la Universidad de Arizona, informa sobre la relación de evolución entre los escarabajos y las plantas de las cuales se alimentan como las dos estrategias desarrolladas de defensa y ataque a través de los siglos.
Las plantas y los escarabajos se han obligados mutuamente a continuar adaptándose al tiempo que alternan estrategias en un proceso denominado coevolución.