Tras indicar que la Administración Local de Asistencia al Contribuyente no solamente estuvo apoyando en el cálculo de los impuestos y el llenado de las formas, sino también en la recepción de éstas a pesar de que solamente lo hacían los bancos, Ivón Nájera Núñez conminó a quienes no han cumplido con la obligación fiscal de presentar su declaración anual a que lo hagan lo antes posible para evitar multas, recargos y actualizaciones.
Por otro lado, Nájera reiteró la advertencia de que en las colonias de Durango anda un timador que se hace pasar por personal de la Secretaría de Hacienda, el cual principalmente está tratando de defraudar a los dueños de las misceláneas y pequeñas negociaciones familiares preguntándoles si ya pagaron sus impuestos de este año para exigírselos y, a cambio del efectivo, entregarles supuestas constancias.
Al respecto aclaró: “Nadie del SAT está facultado para recibir dinero de los contribuyentes; nosotros lo que hacemos es brindar un servicio; el dinero hay que entregarlo en los bancos. Queremos alertar a los dueños de las tiendas de Durango para que no se dejen engañar por esta persona, pues porta gafete y proporciona formas fiscales reales; sin embargo, no es empleado de la dependencia”.
Regresando al asunto de las declaraciones anuales, la administradora de Asistencia al Contribuyente del SAT en Durango señaló que durante el mes de abril atendieron a cientos de duranguenses cada día a través de la asesoría telefónica, la atención por Internet y las citas que formalizaban directamente con los contribuyentes que así lo requerían.
Dijo que los últimos días y especialmente el 30 de abril, fecha límite para la presentación de las declaraciones del ejercicio anual 2002, la presencia de contribuyentes fue evidente y excesiva en las instalaciones del Sistema de Administración Tributaria, situación que también prevaleció en las instituciones bancarias.
Agregó que todavía es tiempo para cumplir, a pesar de que el periodo permitido ya venció, pues solamente haciéndolo lo antes posible pueden evitar consecuencias mayores como la presentación de un requerimiento para que declaren y la posible imposición de multas y recargos.