Definitivamente mi tarea periodística no consiste en hablar bien de ningún político. Cuando lo hago -hay que reconocer que muy ocasionalmente- siempre me equivoco. Por desgracia, con los funcionarios me resulta cierto eso de “Piensa mal y acertarás” y “Piensa bien y la regarás”.
Por fortuna, tengo amigos que me señalan a tiempo los errores (gracias Alfredo). Me volvió a suceder el pasado 2 de agosto al calificar de “leal a Colosio”, sin profundizar en la información, a un personaje que de pronto está en el ojo del huracán al agregar a su chamba de secretario privado la de vocero del Presidente.
Se trata del encargado de la Comunicación Social de la Presidencia, Alfonso Durazo, al que a raíz de semejantes nombramientos acusó el ex coordinador de la campaña de Fox, Javier Livas Cantú, de mantenerlo “copado”. Aseguró Livas en entrevista periodística que “el Presidente es víctima de una conspiración que se instrumenta y ejecuta desde Los Pinos, con el riesgo latente de que el sexenio termine anticipadamente por los errores y las intrigas que fraguan en la residencia presidencial, Alfonso Durazo y Ramón Muñoz, psicólogo, encargado de la Oficina de la Innovación Gubernamental” (sic).
La molestia por el poder que Fox concentró en Durazo trajo a colación además otro viejo dato del insoluble misterio del magnicidio de 1994: En días anteriores a la ejecución, había en la caja fuerte de la oficina que tenía Colosio en la calle de Aniceto Ortega casi seis millones de dólares en efectivo que en su mayor parte le habían sido entregados por el actual dueño de Banorte, González Barrera, apodado “El Maseco” por ser también dueño de la marca industrial de las tortillas más secas y tiesas del mercado.
Muchos se preguntan ¿quién se quedó con esa millonada? ¿pudo ser Alfonso Durazo cuyo suegro fue posteriormente asesinado en extrañas circunstancias en Sonora? Este asunto dará mucho de qué hablar aún y por ello esta aclaración.
LAS SECRETARIAS QUE HAY QUE VIGILAR son muchas y variadas. ¡TODAS! pues por lo visto, la grilla y la intriga más intrincadas siguen siendo lo principal en nuestra democracia y no el trabajo inteligente y eficaz. Desde luego hay que estar conscientes de la grilla en Los Pinos pero por otra parte, no hay que permitir que distraiga nuestra atención de la ingente necesidad de que el país funcione mejor para bien general de la población, fuera de Los Pinos. No sólo importa el círculo compacto de la Presidencia que se interdesgarra por el poder.
Hoy son importantísimos para salir del hoyo rubros como el Turismo y la Ecología, sin olvidar, claro, la Agricultura, las deficientes Comunicaciones y Transportes, así como otras dependencias que siempre fueron erróneamente consideradas por el priismo “moscovita” que padecimos, como secundarios archiveros para funcionarios que caen en desgracia y cotos menores de caza. La grilla de la cúpula no debe minimizar a los indispensables y más directos detonadores de desarrollo. Así pues insisto: Elizondo puede ser más útil a México como secretario de Turismo que en su anterior misión imposible de mejorar la imagen de Fox. Espero no equivocarme también al considerarlo un hombre capaz para conducir la secretaría encargada de organizar la tercera fuente de ingresos del país y meter al aro a ese Fonatur inventado básicamente para enriquecer a los funcionarios de la élite, con frecuencia en detrimento del equilibrio ecológico del territorio nacional como es el caso de la semioculta “escalera náutica” del Golfo de California.
GREENPEACE DEFIENDE A LICHTINGER, demostrando que no es difícil equivocarse con los funcionarios. Esta semana, la sección mexicana de la máxima asociación defensora del planeta dijo que sin el titular de la Semarnat, las destructoras compañías transnacionales de todo tipo harían más daño del que hacen. ¿Se atreve a decir eso cuando no ha podido frenar en lo mínimo la tala de árboles, haciendo de México el segundo país más rápido en deshacerse a la brevedad de lo que le queda de bosques y selvas? ¿Y qué decir de su indiferencia o complicidad en la destrucción de los arrecifes de la Riviera Maya, por el muelle para cruceros que Lichtinger y Pedro Cerisola, secretario de Comunicaciones, están alentando a 60 km. de Cancún, en Ciudad del Carmen, Quintana Roo, con la siniestra compañía ULTRAMAR AQUAWORLD sobre los propios corales de la costa? De nada sirve que la comunidad entera esté lanzando un SOS desde 2001. Hoteleros, prestadores de servicios turísticos, asociación de propietarios inmobiliarios, ONGs, partidos políticos (salvo el de nuevo dominante PRI), asociaciones civiles, pescadores, buzos, biólogos, todo el mundo está en contra de la destrucción de la costa para que puedan atracar (en todos sentidos) los cruceros.
Existe otro muelle propiedad federal por lo que no es necesario que una maldita compañía vaya a llenarse los bolsillos. Aquí debe existir también otra millonada para alguien ¿para los obvios o para quién? La Profepa, procuraduría defensora del medio ambiente, en ciudad del Carmen lleva un doble juego, por un lado detiene la obra y por el otro, su jefe Lichtinger fomenta la construcción de un muelle innecesario y dañino.
Se hacen tarugos permitiendo que por las noches los empleados de la Aquaworld perforen el mar, destruyan y dispersen los sedimentos. La misma Profepa en Acapulco propicia la desaparición de la Laguna de Coyuca, protegiendo a invasores destructores de manglares y fauna en las orillas. Ojo, Greenpeace.
Prometo no desentenderme de la grilla palaciega, pero pido a los colegas a su vez no olvidar que la incompetencia, la corrupción y el neoliberalismo están acabando literalmente con nuestro aún rico y hermoso país. www.manu-dornbierer.com.mx.