MONZA, ITALIA.- El piloto de Ferrari Michael Schumacher se adjudicó el Gran Premio de Italia ayer y ganó el duelo al retador al título Juan Pablo Montoya, ampliando su precaria ventaja a tres puntos sobre el colombiano en el campeonato mundial.
La victoria número 50 de Schumacher para Ferrari, en su propio circuito frente a un bullicioso ejército de hinchas, y el segundo lugar logrado por Montoya con Williams mantienen la disputa más intensa y reñida por el campeonato de Fórmula Uno en muchos años.
El alemán tiene 82 puntos contra 79 de Montoya. El finlandés Kimi Raikkonen, de McLaren, tercer contendor a la corona, terminó cuarto detrás del compañero de equipo de Schumacher, el brasileño Rubens Barrichello, y sumó 75 unidades.
"Creo que este es uno de los días más grandes de mi carrera", dijo Schumacher entre el ruido de las bocinas de un mar de tifosi que ondeaban las clásicas banderas rojas de la escudería italiana al inundar la pista de Monza para la celebración.
"La emoción que se sintió allí fue hermosa. Ganar una carrera importante con todo lo que pasó antes y sentir esa emoción, es sencillamente extraordinario", agregó.
Esta fue una victoria que toda Italia ansiaba y tras una serie de reveses, con cinco carreras sin conocer el triunfo que dejó a Ferrari en crisis, Schumacher demostró que no lo destronarán sin dar pelea.
Si bien el pentacampeón mundial continúa en marcha hacia su récord de seis títulos, sigue teniendo a Montoya pisándole los talones y por eso no da nada por descontado.
Williams se mantiene al frente de la clasificación de constructores con una ventaja de cuatro puntos sobre Ferrari. El equipo inglés cuenta con 141 unidades, mientras que Ferrari tiene 137. McLaren figura tercero con 120.
LA MÁS RÁPIDA
El circuito más rápido de Fórmula Uno también produjo la carrera más veloz en la historia de la máxima categoría del automovilismo.
Schumacher ganó con un promedio de velocidad de 247 kilómetros por hora y sacó todo su espíritu de lucha para mantener a raya al Williams de Montoya.
Separados a veces por apenas una fracción de segundo, ambos partieron en la primera fila, en un duelo en el que corrían rueda a rueda hacia la primera secuencia de curvas.
Tomando precaución con los vientos, que ante cualquier error podría haberle costado potencialmente el título a cualquiera de los dos, ninguno de los dos parecía preparado para ceder.
El bólido Williams arremetió hacia un lado de la pista, pero Schumacher se mantuvo en la línea.
"Fue un gran alivio", dijo el director técnico de Ferrari, Ross Brawn. "Últimamente no habíamos hecho un buen trabajo", agregó.
Schumacher no había encabezado una carrera en 327 vueltas desde su última victoria en el Gran Premio de Canadá en junio. Su triunfo de ayer fue el 69 de su carrera y el quinto en el campeonato.
Por su parte, Montoya declaró: "Creo que terminé con la menor pérdida posible. Sólo perdí dos puntos, nada está dicho todavía".
"En la última parada estuvimos muy cerca y luego hubo tráfico de los autos rezagados que avanzaban muy lento. De todas maneras, creo que habría sido muy difícil pasar a Michael".
Los cuatro primeros terminaron de acuerdo al orden de partida y Raikkonen dijo que su actuación fue la mejor que podría haber esperado.
"Nada está terminado hasta el final de la temporada", dijo el corredor de 23 años, que aún puede convertirse en el campeón más joven de Fórmula Uno.
El español Marc Gené, que reemplazó a Ralf Schumacher en Williams después que el hermano menor de Michael fue descartado por razones médicas, terminó quinto, luego de liderar un gran premio por primera vez en su carrera.
El fugaz momento de gloria del corredor catalán ocurrió en la vuelta 35, luego de la segunda entrada de Schumacher a "pits" y duró poco más de un minuto antes de que él también entrara a reabastecerse de combustible.
Emocionado Schumacher agradece apoyo de Ferrari
Un victorioso Michael Schumacher agradeció ayer a todo el equipo de Ferrari, desde los jefes hasta la mujer encargada de la limpieza en Maranello, después que Italia lo aclamó como a un héroe que recupera todo su poder.
"Yo creo que este es uno de los días más grandes de mi carrera deportiva", dijo Schumacher, quien mantuvo intacto su sueño de alcanzar el récord de seis títulos mundiales en la Fórmula Uno.
Las tres aciagas semanas desde su humillación en el Gran Premio de Hungría fueron apaciguadas por un rugido de alivio después de ganar de punta a punta la carrera de Monza.
El triunfo en el Gran Premio de Italia amplió a tres puntos la ventaja de Schumacher al frente del campeonato sobre el colombiano Juan Pablo Montoya, de la escudería Williams, cuando restan dos carreras para el final de la temporada.
Schumacher no ganaba desde Canadá en junio, hace cinco carreras, y no lideró en competencia a lo largo de 327 vueltas.
En Hungría finalizó octavo, cuando fue superado por el español Fernando Alonso, de Renault.
El presidente de Ferrari, Luca di Montezemolo, advirtió que la situación no podía repetirse y el triunfo de ayer quebró la tensa atmósfera en Monza semejante a la tormenta eléctrica que estuvo amenazante sobre el cielo del escenario de la carrera.
"La tensión que sentimos fue tan grande como nuestra necesidad de ganar", dijo el jefe del equipo, el francés Jean Todt. "Fue casi como si el equipo tuviera la necesidad de ganar por primera vez", agregó.
SEMENTAL RAMPANTE
Este fue el triunfo número 15 de Ferrari en el Gran Premio de Italia, el segundo en temporadas consecutivas y la victoria 50 de Schumacher para el equipo al que se incorporó en 1996 cuando el famoso semental negro estaba lejos de galopar en el circuito.
"Yo estoy agradecido a todos en el equipo por el trabajo enorme que han hecho, desde la gente que trabajó en las pruebas, cada ingeniero en la fábrica y hasta la mujer que está encargada de la limpieza", dijo Schumacher.
"Todos lograron que esto sea fantástico, entonces yo estoy encantado con cada uno de ellos", agregó.
Schumacher y Montoya estuvieron rueda a rueda tras la partida, pugnando por el primer lugar hasta que el alemán se distanció gracias a que había ganado la cuerda interna después de la primera curva.
"Me quedé encerrado en la primera curva y casi no pude pasar la chicana", explicó.
"Juan estaba del lado de afuera y ambos tuvimos una buena disputa en esas dos esquinas, fue muy duro pero leal y creo que eso es lo que le gusta ver a la gente", destacó.
"Llegando a la curva quedé en mejor posición para quedar primero y eso fue vital para luego ganar la carrera", señaló el piloto alemán.
El año pasado, cuando el dominio de Schumacher y Ferrari era mucho más amplio, la escudería italiana se quedó con el 1-2 gracias al piloto brasileño Rubens Barrichello.
Esta vez, con Barrichello tercero, los dos pilotos de Ferrari volvieron a descorchar juntos el champagne en el podio, algo que ocurre por primera vez desde la carrera de Austria en mayo.
"Antes que nada ganamos una carrera importante, especialmente por todo lo que sucedió antes. Fue extraordinario", dijo Schumacher.
"Creímos en nosotros todo el tiempo. Sabíamos todas las dificultades por las que pasamos, pero confiábamos en poder recuperarnos", agregó.
La última palabra fue para el director técnico Ross Brawn: "Qué día. Después del dolor llega el placer".