Agencias
WASHINGTON, EU.- El fantasma inminente de la guerra parece crecer después del enfrentamiento de declaraciones ayer: por una parte el presidente norteamericano George W. Bush dio un ultimátum al líder iraquí Saddam Hussein, y al mismo tiempo Norcorea abría la posibilidad de una “guerra total” en respuesta a un eventual ataque de los Estados Unidos.
En Washington, Bush fue enérgico ayer al declarar que “se acabó el juego” para el líder iraquí Saddam Hussein e instó a la Organización de Naciones Unidas (ONU) a aliarse con Estados Unidos para desarmar a Iraq.
El presidente habló al día siguiente de que su secretario de Estado, Colin Powell, presentara ante el Consejo de Seguridad de la ONU evidencia sobre el programa de armas de destrucción masiva de Iraq, que no obtuvo los resultados que esperaban.
Bush esperaba que las pruebas fueran lo suficientemente contundentes para que la ONU apoyara sus planes militarse de derrocar a Saddam.
“Saddam Hussein será detenido”, dijo Bush, que abrió las puertas a una segunda resolución de la ONU para que Iraq se desarme bajo la condición que acelerara pronta acción. En noviembre ya se aprobó una resolución.
“El Consejo de Seguridad no debe amedrentarse cuando un dictador se mofa de esas exigencias y las desafía”, dijo Bush. Si la ONU no actúa, “Estados Unidos, junto con una creciente coalición de países, está preparado para tomar la acción necesaria para defendernos y desarmar el régimen de Iraq”, dijo.
Asesores de Bush señalaron que en los próximos días hablarán con las naciones opuestas a la guerra, como Francia y Alemania, para que cedan en sus posiciones. George W. Bush no se pronunció en cuanto a plazos.
“A Saddam Hussein se dio una última oportunidad, y la está lanzando a la basura. El dictador iraquí está haciendo su elección”, dijo Bush.
“Actividad nuclear
en Norcorea”
Mientras tanto, las autoridades norcoreanas advirtieron que un ataque preventivo norteamericano contra las instalaciones nucleares de Corea del Norte ocasionaría una “guerra total”, en respuesta a que el secretario de Defensa estadounidense Donald Rumsfeld llamó al gobierno norcoreano un “régimen terrorista”.
El adjetivo fue emitido al día siguiente que Corea del Norte dijera que puso sus instalaciones nucleares “en pie de normalidad”, despertando temores de que esté a punto de reanudar la producción de plutonio.
Sin embargo, una declaración norcoreana captada por la agencia noticiosa surcoreana Yonhap se refirió solamente a “nuestro proceso de reanudar las instalaciones nucleares y normalizar su operación”.
Ambas declaraciones norcoreanas fueron difundidas por la agencia noticiosa oficial comunista, KCNA.
“Estamos intentado por varios canales confirmar su significado”, dijo un funcionario del ministerio surcoreano de Relaciones Exteriores a condición de guardar el anonimato.
“Cuando Estados Unidos lance un ataque sorpresa contra nuestras instalaciones pacíficas, desatará una guerra total”, dijo el diario comunista Rodong Sinmun en un comentario difundido por la agencia KCNA.
Ri Pyong Gap, vocero y subdirector del Ministerio de Relaciones Exteriores norcoreano, dijo al diario londinense Guardian que el empobrecido país tiene derecho a lanzar un ataque preventivo contra Estados Unidos.
“Estados Unidos dice que, después de Iraq, venimos nosotros”, dijo Ri según el diario, “pero tenemos nuestras propias contramedidas. Los ataques preventivos no son un derecho exclusivo de Estados Unidos”.