Reuters
LA PAZ, BOLIVIA.- El ejército boliviano enfrentó ayer a manifestantes en la militarizada ciudad de El Alto, contigua a La Paz, durante nuevos y violentos disturbios que dejaron entre cinco y ocho muertos y unos 30 heridos, agudizando la nerviosismo social en Bolivia.
El gobierno dijo que en la violenta jornada murieron cinco personas, incluyendo a un soldado, pero radioemisoras informaron que testigos dijeron que habían muerto al menos ocho personas.
Los tiroteos se escucharon desde el amanecer en los accesos a la ciudad de 800 mil habitantes y parte de la zona metropolitana de La Paz, después de que el gobierno resolvió declararla “zona militar” para frenar graves enfrentamientos y disturbios que provocaron el sábado otras dos muertes y dos decenas de heridos.
El Alto, una de las ciudades de Bolivia con más bajos ingresos, está habitada en su gran mayoría por inmigrantes indígenas del empobrecido sector rural.
El gobierno denunció que líderes opositores, encabezados por el diputado indígena y jefe cocalero Evo Morales, se embarcaron en un proceso sedicioso con el propósito de desencadenar un golpe de Estado en Bolivia.
Residentes de El Alto denunciaron a cadenas radiales que soldados apoyados por unidades blindadas dispararon armas de guerra contra civiles en diferentes operaciones en calles y avenidas, matando a dos personas.
Otras fuentes dijeron que en dos enfrentamientos ocurridos en las localidades altiplánicas de Senkata y Río Seco -situadas a 15 y diez kilómetros, respectivamente, del límite entre El Alto y La Paz- perecieron otras seis personas.
Sin embargo, el gobierno difundió un primer balance oficial de los enfrentamientos, en el que informó de cinco muertos y 31 heridos.
Periodistas de las radioemisoras Erbol y Fides -esta última de la Iglesia Católica- dijeron que tres personas murieron ayer por la mañana en choques con militares que escoltaban un convoy de 14 vehículos cisterna que transportaban combustibles desde una refinería hacia a La Paz.
Uno de los seis heridos en ese incidente falleció más tarde en un hospital de Ventilla, según informó Modesto Chino, el párroco de ese poblado, cercano a Senkata.
La caravana intentaba desde el sábado desplazarse hacia El Alto y La Paz, y llegó ayer a su destino para resolver la grave escasez de naftas y gas para uso doméstico que los bloqueos de rutas provocaron en las dos ciudades, con una población conjunta de 1.5 millones de habitantes.
Las dos cadenas radiales informaron que, ayer las fuerzas militares despejaron con violencia un bloqueo en la carretera que conduce al Lago Titicaca, a la altura del puente de Río Seco, y provocaron cuando menos otras tres muertes y unos 15 heridos entre los campesinos.
“Pedimos urgente el envío de ambulancias y médicos para salvar a los heridos”, clamó un periodista de Erbol.
Los incidentes armados habrían dejado en total un mínimo de 30 heridos, según los informes y denuncias.