México, DF.- Alrededor del 70 por ciento de los 25 millones de campesinos mexicanos vive en la pobreza, según un estudio del grupo financiero hispano-mexicano BBVA Bancomer.
La institución destaca que siete de cada diez agricultores de México sufren carencias en la alimentación, salud, vestido, vivienda y transporte.
Las zonas rurales de México concentran al 25 por ciento de los 100 millones de habitantes del país.
Sin embargo, según el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) Bancomer, el campo sólo aporta el 5.2 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) de México.
A juicio de los expertos de la entidad financiera, la falta de tecnología, la escasa capitalización productiva y la inseguridad jurídica de la tierra son los principales problemas del campo.
La indefinición jurídica sobre la propiedad de la tierra desincentiva los proyectos de inversión en el sector, apunta el informe.
El BBVA Bancomer destaca que la mayoría de los campesinos mexicanos trabaja en pequeñas propiedades, lo que reduce las ventajas del uso de maquinaria y tecnología y genera excedentes mínimos para comercializar.
Según datos de la Secretaría de la Reforma Agraria, en México existen actualmente 421 conflictos agrarios, de los cuales unos 50 tienen un carácter ?explosivo? y, de no atenderse, pueden derivar en problemas graves.
Loa especialistas advierten que el clima de confrontación de los últimos meses pone en riesgo el desarrollo del campo.
Desde diciembre pasado, las principales organizaciones campesinas se han movilizado por todo el país para exigir mejoras en el sector.
Asimismo, piden una moratoria a la entrada en vigor de la fase final del capítulo agropecuario del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), en el que México es socio con Estados Unidos y Canadá desde 1994.
En el marco del TLCAN, el primero de enero de 2003 entró en vigor la liberalización arancelaria de una veintena de productos agropecuarios básicos, lo que, según los campesinos mexicanos, tendrá consecuencias negativas para el sector.
Los agricultores argumentan que no pueden competir en igualdad de condiciones con los campesinos estadounidenses, que reciben cuantiosos subsidios de su Gobierno.
Para analizar las repercusiones del TLCAN y buscar soluciones a los problemas más acuciantes del sector, el Ejecutivo y las principales organizaciones agrícolas de México iniciaron el día diez negociaciones que aspiran a concluir a mediados de marzo con la firma de un acuerdo nacional.
El BBVA Bancomer observa en su estudio que el TLCAN reconoció las diferencias de productividad entre los diversos países y planteó tiempos de preparación para el acceso a los mercados.
?Esto es hoy motivo de discusiones y movilizaciones por parte de sectores afectados que no supieron o no pudieron adaptarse a los cambios?, señala.
Recuerda que muchos productos mexicanos tuvieron, prácticamente desde la entrada en vigor del tratado, un acceso libre de aranceles a los mercados de Estados Unidos y Canadá, mientras que para la liberalización de las importaciones de productos sensibles de esos países como el maíz o el fríjol se establecieron plazos de hasta 15 años.
En opinión de los expertos del BBVA Bancomer, la revisión del TLCAN, una opción que han rechazado las autoridades de los países socios del acuerdo, no es una solución a los problemas del campo mexicano.
Para resolverlos, consideran, es imprescindible eliminar la corrupción, garantizar el derecho a la propiedad y establecer mecanismos eficaces de financiación, entre otras medidas.