Agencias
MANILA, FILIPINAS.- Rebeldes sublevados que tomaron un complejo comercial en Manila pusieron fin ayer por la noche, tras casi 19 horas, a su enfrentamiento con el gobierno sin haber disparado un solo tiro, dijo un negociador.
“Los soldados estuvieron de acuerdo en poner fin a la toma del centro comercial y en volver a las barracas”, dijo a la prensa el coronel Danilo Lim, un miembro del equipo gubernamental de negociadores.
Los rebeldes habían tomado el centro comercial en Manila, donde emplazaron explosivos y armas, para exigir la renuncia del gobierno.
El conflicto comenzó poco después que Arroyo ordenó la detención de algunos militares que desertaron con sus armas y supuestamente planeaban un golpe de Estado.
Algunos informes en la radio señalaban que los soldados que se rindieron salieron del complejo tomado y caminaron hacia un automóvil aparcado cerca de ahí, donde eran esperados por las tropas leales.
Arroyo declaró el “estado de rebelión”, que da a las autoridades la capacidad de realizar arrestos sin órdenes judiciales. Pidió después que los militares y la policía “lleven a cabo de inmediato las acciones y medidas necesarias para reprimir y combatir el levantamiento con el debido apego a los derechos constitucionales”. El día de ayer, más temprano, la presidenta advirtió que los soldados tenían hasta las cinco de la tarde (hora local) para rendirse.
Horas después Macapagal Arroyo aseguró que por la noche que se rindieron los soldados que se habían amotinado y atrincherado en un centro comercial y residencial.
“La crisis en Makati ha concluido”, dijo Arroyo sonriente en conferencia de prensa en el palacio presidencial, en referencia al distrito de Manila donde ocurrió la sublevación.
El anuncio se hizo después de varias horas de intensas negociaciones entre el gobierno y los amotinados.