26 de diciembre de 20.
Dakar, (EFE).- Las víctimas mortales del accidente en que un avión Boeing 727 con hasta 141 personas a bordo se estrelló ayer en Benin pueden sumar más de 120, se temía hoy, puesto que los supervivientes se ha reducido a 18 tras la muerte en hospitales de cuatro personas.
Ya se ha confirmado la muerte de al menos 90 personas.
Los equipos de rescate continúan sus operaciones para localizar a otros posibles supervivientes e intentan recuperar más cadáveres de entre los restos del avión, que cayó al mar justo después de despegar del aeropuerto del aeropuerto internacional de Conotú (capital económica de Benín), situado a las orillas del golfo de Guinea.
Emisoras internacionales captadas en Dakar, citando al gobierno guineano, indican que los pasajeros eran en su mayoría inmigrantes de origen libanés que viven en distintos países de Africa occidental, aunque también iban a bordo algunos europeos cuyas nacionalidades aún no han sido reveladas.
El siniestro se produjo a primeras horas de la tarde cuando, en el momento de despegar, el avión chocó con un edificio situado al final de la pista del aeropuerto, antes de explotar y caer al mar.
El avión de la compañía Union des Transports Africains (UTA), con capital libanés y guineano, llevaba principalmente pasajeros de origen libanés que volvían a su país para pasar las fiestas.
El avión viajaba procedente de Conakry (Guinea) con destino a Beirut, con una escala ya hecha en Freetown (Sierra Leona) y otra prevista en Dubai (Emiratos Arabes Unidos).
Unas dificultades mecánicas que se produjeron en el tren de aterrizaje del avión en el momento del despegue han podido ser el origen del accidente.
Las autoridades beninesas han ordenado una investigación para determinar las causas exactas del accidente, el más grave registrado en la historia del tráfico aéreo en este pequeño país de Africa occidental.
El presidente beninés, Mathieu Kereku, y varios ministros del gobierno se trasladaron al lugar del accidente, al igual que muchos curiosos.