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VIENA, AUSTRIA.- El tráfico de personas en Europa suroriental para el comercio sexual y el trabajo forzado está todavía extendido pese a las medidas gubernamentales, las campañas policiales y los esfuerzos privados de ayuda, dijo ayer un informe de la ONU.
El informe, auspiciado por la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), formada por 55 países, instó a los gobiernos a ir más allá de las fuertes medidas policiales, dando derechos legales y protección a mujeres y niños víctimas del tráfico de personas.
No hay estadísticas actualizadas que den cuenta de la magnitud del problema. Pero la Organización Internacional para las Migraciones, con sede en Ginebra, estimó que 120, 000 mujeres y niños son traficadas anualmente a la Unión Europea, la mayoría de ellos a través de los Balcanes.
En una dura evaluación a fines de un año en el que la OSCE instó a hacer más para combatir el tráfico humano, el informe señaló que no había habido un aumento sustancial en la persecución de traficantes en el sur de Europa del Este.
“Hay una situación paradójica donde, por un lado, podemos notar un gran avance en la creación y desarrollo de medidas para combatir el tráfico en la región, pero por otro, se ve poco avance en la implementación de tales medidas para dar apoyo a las víctimas”, dijo el informe.
El estudio analiza la situación en Albania, Bosnia y Herzegovina, Bulgaria, Croacia, Serbia y Montenegro, incluyendo la provincia administrada por la ONU de Kosovo, Moldavia y Rumania entre noviembre de 2002 y abril de 2003.
Este segundo informe anual de la situación dijo que las autoridades habían identificado y asistido a menos víctimas que durante el mismo período del año anterior, pese a que no hubo una disminución del tráfico.