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VLADIKAVKAZ, RUSIA.- Quince soldados rusos murieron y 40 resultaron heridos durante las últimas 24 horas en un brote de intensos combates en Chechenia, informó ayer un funcionario del gobierno checheno, respaldado por Moscú.
Rebeldes de Chechenia, usando armas automáticas y granadas, allanaron la oficina de un comandante militar en Samashki, al oeste de Grozny, la capital, y mataron a tres soldados e hirieron a 12 antes de escapar furtivamente, afirmó el funcionario, quien pidió no ser identificado.
El ejército contraatacó enviando unidades al bosque Samashki y al poblado cercano para intentar capturar a los atacantes rebeldes, usando los muy criticados operativos de barrido que los grupos de derechos humanos afirman que con demasiada frecuencia también entrampan a los civiles y los tratan con brutalidad.
Las fuerzas rusas superan significativamente a los rebeldes en número y en armamento, pero éstos han continuado los ataques, apoyándose en pequeñas emboscadas y explosiones de minas terrestres para causar a diario sangrientos daños a las tropas de Rusia, en esta guerra que ya lleva cuatro años.
Casi a diario los rusos realizan ataques con bombas y patrullan agresivamente los puestos de control, pero a pesar de tener más armamento, el ejército no ha podido acabar con las estrategias de los rebeldes de la guerrilla, y en lugar de ello ha hecho que gran parte de la población se vuelva hostil hacia él en esta región predominantemente musulmana.
En otros ataques letales ocurridos durante las últimas 24 horas, rebeldes emboscaron a un grupo de paracaidistas cerca de Dyshne-Vedeno en el montañoso sur de Chechenia, y atacaron un convoy militar en las afueras de Gudermes, la segunda ciudad más grande de la república.
En los ataques murieron un total de cinco soldados y 11 resultaron heridos. Otros ataques rebeldes contra posiciones del gobierno federal mataron a tres soldados y lesionaron a 11 más, informó el funcionario. Dos zapadores también fueron muertos en Grozny.
En la misma ciudad, zapadores desactivaron con éxito ayer un dispositivo explosivo operado a control remoto -lleno con diez kilos de dinamita y fragmentos de metal- oculto en una intersección, informó un funcionario del Ministerio de Situaciones de Emergencia de Chechenia, quien pidió conservar el anonimato.
Akhmad Kadyrov, jefe del gobierno checheno respaldado por Moscú, quien tomará licencia temporal para lanzarse a la presidencia de Chechenia, dijo ayer que los rebeldes intentaban agravar la situación antes de las elecciones del cinco de octubre.