Agencias
New Haven, EU.- Una fuerte explosión en la Facultad de Derecho de la Universidad de Yale se registró a 24 horas de que Estados Unidos volviera a estar bajo la alerta naranja o de “alto riesgo” de un ataque terrorista. La explosión ocurrió en un salón de clases pero no hubo muertos ni heridos que lamentar, según el Alcalde de la localidad de New Haven, Connecticut en Estados Unidos.
Los primeros en responder fueron los bomberos y policías de la localidad a los que poco después se sumaron agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI) y de la Agencia de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF) con perros entrenados en la detección de explosivos.
El Alcalde, el demócrata John Destefano, en conferencia de prensa en el campus cuando no había pasado ni hora y media de la explosión, confirmó que no había heridos, enfatizó que no había razones para vincular el incidente con ninguna otra cosa, y reportó que el edificio había sido evacuado.
“Hubo una explosión en un salón de clases. Provocó daños en esa clase y en otro salón adyacente. Las ventanas volaron. Pero nadie resultó herido”, informó Destefano.
Explicó que la investigación recién comenzaba y que aunque los bomberos creían que se trataba de un “artefacto explosivo”, nada era todavía seguro. “Eso es lo que vamos a determinar”, explicó.
El Alcalde, rodeado de autoridades de Yale, dijo que la explosión fue en el primer piso del edificio. Aunque el edificio se había utilizado para exámenes por la mañana, a la hora de la explosión, sobre las 17 horas, estaba casi vacío. Parte del edificio se utiliza como dormitorio de alumnos, y ésos fueron evacuados. Los responsables de Yale estaban ya reorganizando los programas para que todas las actividades previstas en ese edificio fueran realizadas en otras dependencias universitarias.
Destefano informó asimismo que no se había recibido ninguna amenaza previa.
Los bomberos procedían entretanto a la revisión completa de ese edificio y tenían programado revisar también los otros edificios de Yale. Destefano celebró que la explosión se había producido en momentos que el campus universitario estaba casi desierto y el daño se había limitado a dos salones de clases.
Los expertos del FBI no descartan nada pero creen que el caso no está vinculado al terrorismo internacional. En Estados Unidos se producen alrededor de dos mil incidentes con explosiones por año.