29 septiembre 2003
París, (EFE).- La primera dama de EU, Laura Bush, prometió hoy que su país, de vuelta a la Organización de la ONU para la Educación la Ciencia y la Cultura (UNUESCO) tras 19 años de ausencia, "será un miembro activo, entusiasta y de pleno derecho, que cumplirá con su deber en defensa de la paz y la libertad".
El pueblo de EU colaborará con los de otros países de la UNESCO para promover los valores que hicieron nacer la organización, agregó la esposa del presidente estadounidense poco antes de que se izase la bandera de su país, junto a la de los otros 189 Estados miembros.
Laura Bush recordó que EU fue uno de los primeros países que ratificó la Constitución de la UNESCO, tras la Segunda Guerra Mundial, "superada gracias al compromiso de los distintos Estados".
Cincuenta y ocho años después,"ninguna nación quedó al margen de los atentados terroristas", engendrados por la ideología del odio y la violencia, agregó Laura Bush, quien recordó cómo su país "se vio sacudido" el 11 de septiembre de 2001 por "actos de este tipo".
También evocó el reciente atentado en Bagdad contra la sede de la ONU, en el que fallecieron 22 personas, y aseguró que "todo el mundo civilizado participa en la lucha contra el terror".
"La UNESCO puede ahora propiciar la paz" promoviendo los valores en favor de la educación, la tolerancia y el respeto de la vida y la diferencia, "sueños que compartimos y queremos que se cumplan para nuestros hijos, y ésta es la labor que incumbe a la UNESCO", consideró.
En un discurso centrado en la importancia de la educación para todos antes de 2015, la alfabetización, la calidad de la educación primaria y la lucha antiterrorista, Laura Bush recordó que su esposo se comprometió en 2002 al retorno de EU a la organización, como "símbolo de su compromiso en defensa de la dignidad humana".
El antiguo presidente estadounidense Ronald Reagan sacó a su país de la UNESCO en 1984, "pretextando" desacuerdos respecto a la gestión financiera e ideológica del entonces director general, Amadou Mathar M'Bow, indicó hoy la UNESCO.
Para la actual primera dama estadounidense, "habida cuenta de los ingentes retos que tenemos que encarar, nuestra labor reviste mayor importancia aún que en cualquier otro momento".
El retorno de EU es visto como un gesto marcadamente político por muchos Estados miembros y con escepticismo por otros. La UNESCO informó de que el regreso de EU, que se hará efectivo el 1 de octubre, supondrá una aportación suplementaria de 67 millones de dólares anuales para el bienio 2004-2005.
EU pasará a convertirse en la primera fuente de financiación de la UNESCO, por delante de Japón, y se comprometerá a aportar el 22 por ciento de su presupuesto total, que el próximo bienio será de 610 millones de dólares, un 12 por ciento más que el anterior.
La política de la UNESCO se verá sin duda afectada con la nueva y poderosa presencia de Estados Unidos, cuyos representantes, ya han impuesto ciertas condiciones, como la de contar con un puesto en el Consejo Ejecutivo.
EU expresó también de antemano, su oposición a una normativa internacional que complete la Declaración sobre la Diversidad Cultural, adoptada en la UNESCO por unanimidad en 2001.
La redacción, bajo los auspicios de la UNESCO, antes de 2005, de un Convenio internacional para la preservación de la diversidad cultural, como defienden Francia y Canadá con el apoyo de otros países, será así uno de los temas espinosos de la sesión.
España mantiene sus "reservas" en esa cuestión, según el diario "Le Monde", mientras el Reino Unido, Holanda, Australia, Nueva Zelanda e India, "más que reticentes", estarían en este debate junto a Estados Unidos, que lo considera "una mala idea".
La bioética y la defensa del patrimonio genético del ser humano serán otros de los grandes asuntos de la 32 sesión, junto con la transmisión a las generaciones futuras del patrimonio cultural, paisajístico e inmaterial de la humanidad, en toda su diversidad.
Laura Bush intervino en la jornada inaugural de la Conferencia General, junto a otras personalidades, como los presidentes de Italia, Carlo Azeglio Ciampi, y Filipinas, Gloria Macapagal-Arroyo, y el director general de la UNESCO, Koichiro Matsuura, quien expresó su confianza en el futuro.