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ABIDJÁN, Costa de Marfil.- Los rebeldes del oeste de Costa de Marfil dijeron que se unirían a las conversaciones de paz en París de la próxima semana, lo que eleva las esperanzas de un rápido fin a una guerra civil de cuatro meses en el mayor productor de cacao del mundo.
Los rebeldes, que un día antes declararon que se retirarían de las conversaciones tras unos ataques del ejército con mercenarios y helicópteros, dijeron que también formalizarían una tregua con mediadores de África occidental en la capital de Togo, Lomé.
“El MPIGO irá a París”, dijo por teléfono vía satélite Félix Doh, portavoz del Movimiento Popular de Costa de Marfil del Extremo Occidental (MPIGO). “Iré yo mismo o mi lugarteniente”.
Doh dijo que el MPIGO y una facción rebelde aliada firmarían un alto el fuego en Lomé antes de las conversaciones en la ex potencia colonial, Francia, pero no el sábado, como habían previsto las autoridades de Togo.
En una señal del alivio de la tensión en la principal ciudad del país de África occidental, Abidjan, el ejército anunció que el inicio de un toque de queda nocturno había sido atrasado a las nueve pm desde las siete pm, donde estuvo fijado en los últimos dos meses.
Los enfrentamientos en Costa de Marfil —que alguna vez fue ejemplo de estabilidad y prosperidad en una volátil región— comenzaron tras un fallido golpe de estado el 19 de septiembre.
La guerra ha dividido a la nación de 16 millones de habitantes a lo largo de líneas étnicas, matando a cientos de personas y obligando a más de 600.000 a huir de sus hogares.
La mayor facción rebelde, el Movimiento Patriótico de Costa de Marfil (MPCI) controla el norte, mayoritariamente musulmán, y el gobierno hace lo propio en el sur, de mayoría cristiana.
El MPCI firmó un alto el fuego con el gobierno el 17 de octubre, pero la crisis se profundizó un mes después con la aparición de dos facciones en el oeste, que no reconocieron ese acuerdo.
Las conversaciones de paz de la próxima semana serán una difícil prueba para Francia, que ha comprometido 2.500 tropas y equipos pesados —su mayor intervención en África desde los ochenta— para detener el conflicto de dimensiones cada vez mayores.