Las negociaciones sindicales de los trabajadores del Instituto Mexicano del Seguro Social estuvieron a punto de provocar el estallamiento de una huelga, la cual fue conjurada merced a la obtención de importantes incrementos salariales que a decir de algunos analistas financieros ponen en riesgo muy serio el futuro de la principal institución encargada de la seguridad social en México, independientemente de que también por estos días se ha venido a manifestar la gravísima situación financiera en la que se encuentra el ISSSTE, que requiere una importante inyección dineraria para mantener las posibilidades de seguir cumpliendo con su alta misión de seguridad social en beneficio de los trabajadores al servicio del gobierno.
El problema de las instituciones mexicanas encargadas de la seguridad social es grave en virtud de imprevisiones en los cálculos actuariales realizados hace tiempo, pero sobre todo en razón a malos manejos económicos provocados por vicios, corrupciones, canonjías que durante algunos sexenios se prodigaron en torno a este par de organismos públicos cuando gozaban de liquidez.
En la mayoría de los países europeos, aun sin el agravante de esos malos manejos producto de ineficiencias o corrupciones, es ya en sí mismo preocupante el futuro de las instituciones correspondientes, en razón simplemente de la inversión de la pirámide poblacional y el peso que para esa clase de organismos está significando el crecimiento de la edad promedio de las personas, aunado a la jubilación anticipada que muchos sistemas económicos han promovido con vista a mantener las estadísticas del desempleo en cifras relativamente bajas.
La inversión de la pirámide poblacional está provocando en los sistemas europeos de seguridad social que cada vez sea mayor el número de jubilados que dependen de relativamente menos trabajadores actualmente cotizantes: Por ejemplo en Portugal país que no es que sea de los más críticos en este tema, hace 30 años una pensión de cesantía o de retiro era soportada con las cotizaciones aportadas por 7 trabajadores en activo, en tanto que en muy pocos años dicha relación será de 4 jubilados por sólo un trabajador que cotiza.
Y es que si el promedio de vida ha aumentado significativamente gracias a los avances médicos consiguiéndose que en muchos casos sea equiparable el lapso del que se disfruta de la jubilación respecto del que se ejerció un trabajo productivo y a ello se suman los efectos del demográficamente denominado “crecimiento cero” con muy bajas tasas de nacimiento de niños desde hace unos lustros que ya impactan en el núcleo poblacional en edad de trabajar, nos encontramos que son relativamente menos los que trabajan, respecto de aquellos que disfrutan con toda justicia su pensión de retiro o cesantía por haber cotizado durante sus años de trabajadores activos la cuota correspondiente.
Una tremenda injusticia será que después de 25 ó 30 años de enterar puntualmente cada mes la cuota a la seguridad social correspondiente, se encuentre el jubilado con la noticia de que los fondos de la institución ya no alcanzan para retribuirle su pensión.
Con ello el futuro del seguro de retiro cesantía y vejez está en peligro mortal y no sólo en México por efectos de acciones corruptas sino en casi todo el mundo por efectos demográficos, con lo cual se abrirá la puerta a injusticias terribles como la insolvencia o la eutanasia.