Se cierra de esta forma un episodio trágico de la ola de violencia que se vive en las colonias de la periferia
Torreón, Coah.- Un capítulo más de la eterna historia de pandillerismo, droga y alcoholismo, quedó escrita ayer con la determinación del juez tercero penal; un joven asesino en el Centro de Readaptación Social (Cereso), su víctima en el panteón y dos familias desconsoladas que difícilmente olvidarán aquel día.
Los hechos en que el joven José Guadalupe Ruiz Cháirez de 16 años de edad “El Lupillo”, prácticamente decidió su futuro convirtiéndose en asesino, ocurrieron la madrugada del nueve de septiembre del 2001, cuando de dos balazos terminó con la existencia de Javier Flores Cárdenas, teniendo como escenario uno de los cruceros de la colonia División del Norte.
La historia que pasó a formar parte del ancho libro de pandillerismo que viven las colonias de la periferia de la ciudad, se encuentra archivada ya en el expediente 147/2001 del juzgado tercero penal, cuya titular, María Luisa Valencia, dictó ayer sentencia de ocho años y siete meses de prisión a José Guadalupe, quien tiene su domicilio en la calle Francisco Villa 390 de la colonia División del Norte.
El día de los hechos, “El Lupillo”, había consumido droga y alcohol que con suma facilidad consiguió en su colonia; poco antes de las dos de la madrugada se dirigió con el grupo de jóvenes de la colonia, quienes estaban reunidos en las afueras de la casa marcada con el número 104 del mencionado sector.
En ese lugar, “El Lupillo”, empezó a bromear con los presentes, entre los cuales se encontraba Javier Flores Cárdenas de 26 años de edad, quien, según el expediente, en varias ocasiones le dijo a quien se convertiría en su verdugo, que estaba muy chavo.
Incluso, “El Lupillo”, de lo drogado que andaba, en dos o tres ocasiones no pudo controlar la pistola la cual se le cayó varias veces.
En determinado momento, José Guadalupe realizó dos disparos en contra de Javier, a quien le acertó un tiro en el hemitorax izquierdo que le penetró el abdomen, herida que finalmente le cortó la existencia, informó ayer la juez penal.
Al iniciar la investigación, las autoridades policíacas reconocieron lo grave del problema, pues el caso exhibe tráfico de armas, alcoholismo, facilidad con que se puede conseguir droga en todas partes. Hoy, después de 17 meses de ocurrido el crimen, el narcomenudeo en esta ciudad sigue cobrando víctimas, aceptan las corporaciones policíacas. En la División del Norte y otras colonias, todo sigue igual, conseguir droga es tan fácil como adquirir una “caguama” en días prohibidos.
TERRIBLE LA VENTA
La Dirección de Seguridad Pública Municipal (DSPM), a través de su titular, Javier Gutiérrez Pesquera, reconoce que la venta de droga y tráfico de armas en distintas partes de la ciudad, pero principalmente en colonias de la periferia es terrible.
El pandillerismo y tráfico de drogas y armas registran crecimientos considerables que deben ser atendidos con acciones conjuntas entre las distintas corporaciones policíacas, lamentablemente no se ha convocado a este tipo de operativos.
La policía preventiva no puede proceder en delitos del tipo federal, por impedirlo la ley penal; mientras tanto la comunidad paga las consecuencias.
Fuente:DSPM