?La verdadera belleza se encuentra en nuestro interior y la mostramos con nuestra actitud, independientemente de que nuestra talla sea una 36 o una 50?.
Verdaderamente la sociedad actual vende cada vez más el producto de la mujer u hombre perfectos para asegurarse un sitio en ella. Nos bombardean con imágenes de cuerpos que se extenúan al máximo en las salas de musculación de los gimnasios, algunos de los cuales parecen tener un criterio de aceptación para las nuevas inscritas ?tener una buena base para que el resultado sea un cuerpo perfecto-. Si no es así no se admiten y claro, el colectivo ?normales? es de los más repletos con lo cual la frustración todavía es mayor.
El atractivo parece inalcanzable: dietas estrepitosas, deporte al máximo para total, seguir frustradas pesando lo mismo y sin parecerse para nada a ninguna de las top-model que aparecen a diario en televisión.
La anorexia y la bulimia son trastornos que están en alza pero a pesar de algunos intentos a nivel sociedad de consumo de frenarlos se sigue con el estereotipo de mujer 10. Ahora los intentos publicitarios son más sutiles pero siguen dando el mismo mensaje: Gorda no te queremos, ¡adelgaza!
Todos sabemos que la obesidad es un peligro de salud para quien la padece pero nunca se expone este mensaje.
Hoy visité una farmacia y en su entrada tenía un anuncio en el que se veía un ?Cuerpazo de 10? y el slogan decía: ?¿Cómo crees que lo ha conseguido Claudia? ?CelluX?. El producto son unas píldoras contra la tan odiada y tan habitual celulitis en la mujer. Lo de Claudia debía ir por la modelo pero eso era una estrategia de publicidad engañosa. El resultado un cuerpo jamás visto en nuestras calles y el efecto esperado es la adquisición de esas píldoras. Y nuevamente el estereotipo de mujer delgada, estilizada y libre de grasas.
Pero nosotros los hombres no crean que nos han olvidado. El reclamo masculino es de vientre duro con los abdominales marcados y unos buenos bíceps.
Un actor explicó en un programa de televisión que tuvo que prepararse para un papel en el cine haciendo 300 abdominales diarias durante tres meses. En total se pasaba cuatro horas diarias en un gimnasio junto con el seguimiento de una dieta destinada a la producción de fibra y liberación de grasas. Contaba que tanta restricción fue lo peor del rodaje, ?... por suerte la película se ha rodado ya y puedo seguir mi vida normal?.
En la etapa juvenil el bombardeo es para ambos sexos pero en la pre-madurez o madurez, el hombre con canas y un poco de barriguita resulta atractivo, mientras la mujer tiene que continuar esforzándose por mantener el tipo y arreglando de inmediato todo ?cuelgue? que se le presente.
Adela, una amiga, me contaba que había perdido cuatro kilos en diez días. Se sentía feliz porque la esclavitud de la dieta le daba los resultados esperados. Le pregunté qué tomaba y me contó: ?Pan integral con mermelada light en el desayuno, fruta un poco más tarde, de nuevo fruta media hora antes del almuerzo, un bol de ensalada y pescado, ternera o pollo a la plancha o hervido para la ansiada comida, otra rebanada de integral a media tarde pero esta vez a palo seco y lo peor, por la noche, de nuevo la ensalada y tras ella un puré de verduras?. Y eso cada día, de lunes a domingo.
¡Qué aburrido! Pensé yo, pero ella se sentía feliz. Además, me contó, ?tomo estas píldoras de homeopatía para la retención de líquidos?.
A todo ello tendré que decir que Adela es una señora de 55 años, de buen ver que simplemente tenía un par de kilos de más puestos en el trasero donde más se nota a las mujeres. Pero su obsesión por perderlos la ha conducido a esa restricción.
Yo me pregunto ¿y el mantenimiento? Porque si toda la vida tiene que seguir alimentándose así ¡qué fastidio! Y seguro que si vuelve al consumo de los alimentos ahora prohibidos el esfuerzo habrá sido innecesario.
El caso de Adela no es el único, por desgracia somos muchos los que nos encontramos en la situación de obsesionarnos con la báscula. La recompensa por el esfuerzo es quizás que nos sigan queriendo o engañar al cuerpo que envejece.
Sea como fuere tenemos que intentar sentirnos a gusto con nuestro cuerpo, hacer deporte porque ello mejorará nuestra salud, alimentarnos con una adecuada nutrición en la que combinemos los diferentes tipos de alimentos: fibras, carbohidratos, proteínas; evitando el consumo de grasa perjudicial o colesterol malo. Pero todo ello por nosotros mismos no para responder a las exigencias de una sociedad llena de estereotipos atractivos.
El atractivo está en nosotros mismos, en nuestra individualidad. Mantenernos activos porque en ello hay una gran fuente de salud pero no nos obsesionemos. Debemos hacerlo sólo buscando el disfrute no la tortura.
Amarnos y cuidarnos, ésa es la mejor medicina para un adecuado equilibrio mente y cuerpo del Ser Humano.
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