El Siglo de Torreón
Torreón, Coah.- El cine se ha visto saturado recientemente de enormes, costosas y elaboradísimas producciones épicas, que como Harry Potter y El Señor de los Anillos, se fundamentan en la tradición fantástica de occidente, a diferencia de Espíritu del Ártico, ópera prima del realizador Zacharias Kunuk, quien impacta profundamente al encarnar desde su filme realizado digitalmente, un mito cultural del pueblo inuit habitante de Igloolik en el Ártico canadiense.
Este día, gracias a la unión del Icocult-Laguna y la Universidad Iberoamericana, películas provenientes de diversos países del mundo han sido proyectadas en esta ciudad dentro de la XL Muestra internacional de Cine. Este día le toca el turno a una producción de Canadá, la cinta Espíritu de Ártico.
El guión de Paul Apak Angilirq retoma una leyenda ubicada en el pueblo de Igloolik, donde dos familias se disputan el poder a lo largo de por lo menos dos generaciones: la del usurpador Sauri y el humilde Tulimaq, y la de sus respectivos hijos: Oki, el perverso hijo del primero, contra los dos hermanos convertidos en los mejores cazadores del grupo.
Amaqjuaq, el fuerte; y Atanarjuat, el corredor; provocan la envidia de Oki, especialmente cuando el más joven de los hermanos, Atanarjuat, conquista a Atuat, quien fuera destinada desde el nacimiento para aquél.
La bella, luego de ser disputada en un duelo donde Atanarjuat se impone a Oki con ayuda de fuerzas sobrenaturales, se casa con el veloz corredor sin imaginar que su antiguo enamorado habrá de convertirse, con ayuda de su malvada hermana Puja, en la sombra de la desgracia para ella, su familia, y su pueblo entero.
Reflejo fidedigno de esta comunidad de cazadores nómadas, la cinta registra los pormenores cotidianos de la vida de este grupo ártico, en escenas cuya cercanía con la realidad inevitablemente alude al clásico documental de 1922, Nanuk el esquimal, de Robert Flaherty.
La dirección de actores lograda por el cineasta es también sorprendente, pues a la clásica inexpresividad de los esquimales se aúna aquí el hecho de que los diálogos están expresados en su lengua tradicional y, sin embargo, la universalidad de las emociones gana.