Reuters
BUENOS AIRES, ARGENTINA.- Unos 45,000 argentinos permanecían evacuados ayer, mientras dos murieron y un desaparecido, como consecuencia de las inundaciones que afectan a la provincia central de Santa Fe, según informó ayer el gobernador de ese distrito, Carlos Reutemann.
“Me da la impresión de que la crecida aún puede subir unos centímetros más, aunque el jueves ya podría estar despejándose el cielo. Pero para que la situación se normalice va a pasar un tiempo bastante largo”, dijo el mandatario a periodistas.
Las lluvias que caen desde hace siete días produjeron el desborde del río Salado, lo que afectó especialmente a la capital provincial, a 476 kilómetros al norte de Buenos Aires, y a la ciudad de Recreo, de donde fueron evacuadas 11,000 personas.
Algunas poblaciones están completamente aisladas al quedar sin servicio telefónico ni eléctrico y porque diversas vías ferroviarias y rutas, como la autopista que une Santa Fe con la ciudad de Rosario, se encuentran bloqueadas.
Se prevé que las lluvias continuarán hasta hoy en la mañana, según informó el Servicio Meteorológico Nacional.
Entre el miércoles y el viernes pasados cayeron 1,400 milímetros de lluvia, mientras el promedio anual es de 800 milímetros, de acuerdo con Defensa Civil.
“Fue muy rápido, nunca pasó algo semejante. Y fue inesperado, porque es una zona que jamás se inunda. El río Salado nunca se desborda”, comentó a una radio Marta López, una viuda de clase media con tres hijos, que fue evacuada.
Muchas familias se negaban a abandonar sus hogares y resistían las inundaciones sobre el techo de sus casas, por temor a que sean saqueadas.
Otros se movilizaban en canoas, pero temían que las embarcaciones choquen contra los automóviles que quedaron bajo el agua.
Ante la emergencia, el gobierno provincial dispuso la asistencia a los evacuados en los centros de salud y envió camiones con alimentos, colchones, mantas, leche en polvo, pañales y medicamentos, según informaron las autoridades.
“Tenemos que lamentar pérdidas humanas, materiales y de infraestructura por una magnitud insospechada”, lamentó el gobernador Reutemann.
El presidente Eduardo Duhalde decidió enviar una primera ayuda económica de siete millones de pesos ( 2.4 millones de dólares).
“Declaramos el estado de emergencia en la zona para poder ayudar a la provincia en una siguiente etapa de reconstrucción”, anunció el primer mandatario.
Además, los gobernadores de Córdoba, Santa Cruz, Chaco y Buenos Aires ya están colaborando con la provincia, informó Reutemann.
Debido a la falta de electricidad en algunas zonas, las autoridades santafecinas solicitaron a la vecina provincia de Entre Ríos que les transfiera energía.