Pekín (EFE).- Varios expertos chinos en sexología han decidido crear un coeficiente sexual como complemento del intelectual y el emocional para analizar la salud de un individuo, informó hoy el diario "Straits Times".
Uno de los responsables de la Asociación China de Sexología, Wang He, citado por el periódico, dijo que él y sus colegas han decidido que "hay que romper las trabas que hay en el mundo a la hora de estudiar las disfunciones sexuales", y para ello el nuevo concepto de coeficiente sexual es la solución.
"No podemos estar satisfechos con las imprecisas palabras que se utilizan a la hora de tratar el asunto, necesitamos un concepto científico, por eso hemos creado el coeficiente sexual", explicó.
Wang destacó que él y sus colegas se han adelantado a intentos de científicos americanos para crear este sistema de medición, aunque reconoció que todavía se tiene que perfeccionar la forma en la que se calcule y obtenga el coeficiente.
Zhu Qi, vicepresidente de la Asociación China de Sexología, resaltó que la existencia de este coeficiente puede "estimular" a los ciudadanos a llevar una vida sana más completa, por la sencilla razón de que hará que la gente pueda compararse entre sí e intente llegar a los niveles de salud sexual que se consideren "buenos".
El término "coeficiente sexual" ya está al parecer bastante extendido entre la comunidad científica china, puesto que ha sido empleado con frecuencia en el último estudio nacional sobre la salud de los chinos.
El citado estudio, que recoge datos sobre la dieta alimenticia de los chinos, sus hábitos en el trabajo y los problemas de salud que trae la modernización del país, concluye señalando que "el coeficiente sexual del ciudadano chino medio es muy inferior al de un europeo o un americano".
Ello se debe, entre otras cosas, al fuerte tabú que todavía rodea al sexo en la sociedad china, donde muchas personas llegan vírgenes al matrimonio y la media de compañeros sentimentales en la vida de un ciudadano de este país es inferior a dos.
También influye la persistencia de los matrimonios de conveniencia en los pueblos y -aunque menos- en las ciudades, donde es frecuente que los jóvenes se casen por la presión de sus familias.
En China, ser soltero por encima de los 25 años está casi mal visto socialmente, por lo que muchos jóvenes se apresuran a casarse lo antes posible "con quien sea", lo que conlleva serios problemas de convivencia y sexuales.
Los estudios relacionados indican que 147 millones de chinos sufren disfunción eréctil, y que sólo un 10 por ciento reciben tratamiento, recuerda hoy el "Straits Times".
Dichos estudios también señalan que la actividad sexual del ciudadano chino medio baja radicalmente hacia los 44 años y desaparece por completo a los 56, y además muestran pobres conocimientos de los chinos acerca de enfermedades de transmisión sexual.