Reuters
JERUSALÉN.- El primer ministro Ariel Sharon, quien enfrenta un escándalo que afecta su liderazgo con vistas a las elecciones generales en Israel, prometió ayer defenderse contra acusaciones de corrupción que calificó de “libelo político”.
En tanto fuentes militares israelíes dijeron que los soldados mataron a un hombre que se infiltró desde Siria. En el marco del conflicto palestino-israelí, tropas de Israel mataron a dos palestinos en Cisjordania y la Franja de Gaza, dijeron testigos.
En sus primeras declaraciones desde que salieron a la luz reportes de presuntas irregularidades financieras en la campaña electoral de su Partido Likud en 1999, Sharon dijo que era blanco de una campaña difamatoria dirigida a derrocarlo.
El rival de Sharon por el Partido Laborista, el pacifista alcalde de Haifa Amram Mitzna, ha llamado a la renuncia del primer ministro, quien rechaza enérgicamente las acusaciones.
“Esto es un despreciable libelo político y rechazaré ese libelo con documentos y con hechos”, dijo Sharon a la prensa en otro esfuerzo de contener el daño a su intento de reelección.
Una encuesta publicada en el sitio en la Internet del diario Ha’aretz determinó que el escándalo hizo caer el apoyo para el Likud, previendo sólo un estrecho triunfo para el partido derechista que haría difícil para Sharon establecer una coalición de gobierno.
El sondeo predijo que el Likud ganaría sólo 27 escaños, comparado con 41 de anteriores encuestas, y un crecimiento del centroizquierdista Partido Laborista, que obtendría 24 asientos, en lugar de 21, en las elecciones generales del 28 de enero.
Un informe publicado el martes por Ha’aretz, según el cual el primer ministro y sus hijos estuvieron involucrados en irregularidades de fondos, enrarecieron una atmósfera de escándalos en torno al Likud.
A Sharon se le acusa de haber recibido un préstamo ilícito de 1,5 millones de dólares de un empresario sudafricano. La ley israelí prohíbe financiamiento externo para campañas electorales.
Gran Bretaña molesta por prohibición
El gobierno atrajo también la ira británica al prohibir que los funcionarios palestinos asistieran a conversaciones en Londres, en una medida represiva tras un doble atentado suicida el domingo, que causó la muerte de 22 personas en Tel Aviv.
El primer ministro británico, Tony Blair, dijo el martes que no aflojaría la presión sobre Israel para que reconsidere la veda a que funcionarios palestinos asistan la una reunión la semana próxima para discutir fórmulas de paz y reformas.
“La única manera de poner fin a la carnicería tanto de israelíes inocentes, como al terrible sufrimiento de los palestinos, que también es profundo, es poner en marcha el proceso de paz adecuado”, dijo Blair en un discurso ante el parlamento británico.
Blair tiene previsto reunirse el jueves en Londres con Mitzna, quien ha prometido un enfoque más conciliatorio en el trato con los palestinos, a diferencia de la dura política de represalias militares de Sharon.
Por otra parte, oficiales militares israelíes han advertido sobre la posibilidad de que el Estado judío sea atacado por sus vecios árabes si estalla una guerra con Iraq.
Sin embargo los árabes dicen que Israel podría tratar de usar el conflicto en Iraq para aumentar sus acciones contra los palestinos, que protagonizan un levantamiento por establecer un estado independiente en Cisjordania y la Franja de Gaza.
Mueren dos palestinos
Tropas israelíes mataron también ayer a un palestino de 30 años en las afueras del asentamiento judío de Neve Dekelim, en la Franja de Gaza, dijeron médicos y testigos palestinos.
El hombre, un residente de Khan Younis, recibió un disparo en la cabeza mientras observaba a los soldados, agregaron.
El ejército israelí dijo que las tropas hicieron disparos en el área cuando fueron atacados con granadas, bombas incendiarias y fuego antitanques, pero dijo que no podía confirmar que los soldados hubieran dado muerte a un palestino.
En la localidad cisjordana de Saida, cerca de Tulkarm, testigos palestinos dijeron que Ahmed Ajaj, de 17 años, murió de un disparo de soldados israelíes después de que demolieron una casa.
Residentes del área se congregaron gritando “Allahu Akbar” (Dios es el más grande) y los soldados dispararon una granada de aturdimiento. Luego se desató una batalla a tiros entre los soldados y los palestinos, dijeron los testigos.
El ejército dijo que demolió la casa de un militante responsable de la muerte de ocho israelíes. Fuentes militares dijeron que dos hombres armados abrieron fuego contra las tropas después de la demolición de la casa y que los soldados respondieron al fuego y alcanzaron a uno de ellos.
Al menos 1.765 palestinos y 691 israelíes han muerto desde que en septiembre del 2000 comenzó la revuelta por la independencia palestina.