Reuters
KARBALA, Iraq.- La mayoría musulmana shiita de Iraq, sacudiéndose de 25 años de represión de Saddam Hussein, celebró ayer una gran peregrinación, en una ola de fervor religioso, pero muchos demandaron la salida de las tropas estadounidenses de su país.
El tono antiestadounidense del peregrinaje musulmán en la ciudad sagrada de Karbala contrastó fuertemente con la cálida recepción que los kurdos en el norte de Iraq le dieron al administrador estadounidense a cargo de reconstruir Iraq tras la devastación causada por la guerra.
El general retirado Jay Garner elogió a sus anfitriones kurdos, que estaban entre los más feroces enemigos de Hussein, por haber creado lo que llamó un modelo que el resto de Iraq podría imitar en su autónoma región, protegida durante una década por el poderío aéreo de Estados Unidos.
Golpeándose el pecho y flagelándose las espaldas hasta sangrar, decenas de miles de musulmanes shiitas se congregaron en Karbala, 110 kilómetros al sur de Bagdad, para realizar una peregrinación que durante mucho tiempo estuvo prohibida por Hussein.
Los dirigentes shiitas dicen que un millón de personas o más podrían acudir en masa a Karbala, para la culminación de la peregrinación de Arbaiin, en honor al Imán Hussein, un nieto del profeta Mahoma que fue martirizado en la ciudad en el año 680. Alrededor de 60 por ciento de la población de Iraq, de 26 millones, es shiita.