TORREÓN, COAH.- La actividad del campo en la Región Lagunera se ha reducido prácticamente a la producción de forrajes para la ganadería de carne y leche, en beneficio de unos cuantos, en tanto que los ejidatarios desplazados siguen engrosando los anillos de miseria en las ciudades, declaró el ex dirigente panista, Jesús Burciaga Rojas.
Se menciona mucho, dijo, el Tratado de Libre Comercio y cómo ha afectado al sector agropecuario, pero se deja de lado que en el mismo año en que se aprobó ese Tratado, en 1992, también se aprobaron las reformas al Artículo 27 Constitucional, que norma la tenencia de la tierra y del agua.
Para La Laguna, expuso, fue catastrófica la reforma constitucional y hay que reclamarles a quienes fueron diputados en ese entonces, ya que se facilitaron las ventas de tierras y derechos de agua, lo que trajo como consecuencia la desaparición del ejido o convertirlos en poblados fantasmas, ya que la mano de obra joven emigró a las ciudades, sobre todo a las fronterizas.
Aunado a lo anterior, dijo, la crítica situación del campo ha obligado la incorporación de las mujeres, a muy temprana edad, a las maquiladoras y a la actividad sexual, lo cual significa que distorsionó la vida social.
“Obligados por la situación del campo, que es de todos conocida, los ejidatarios se vieron en la necesidad de vender sus tierras y sus derechos de agua, los cuales fueron acaparados por unas cuantas familias que se dedican a la producción de forrajes para el ganado”.
Por si fuera poco, añadió, la extracción de agua del subsuelo se ha incrementado porque anterior-mente las norias no se utilizaban por los ejidatarios, ya que se regaba con agua rodada al no resultar costeable poner a trabajar los pozos profundos por el alto costo de la energía eléctrica, pero al venderlos a los pequeños propietarios y no haber suficiente agua en las presas, se optó por reactivar los pozos.
Reconversión de La Laguna
Sugirió reconvertir a La Laguna, de cuenca lechera a cuenca industrial, “pues no tenemos por qué ser productores de leche en una región desértica y lo peor es que sólo unos cuantos se benefician”.
La falta de agua es tan grave, destacó, que ya San Pedro, Francisco I. Madero, Matamoros y Tlahualilo, utilizan agua del subsuelo de Torreón y Gómez Palacio porque tienen problemas de arsénico en sus municipios.