Gómez Palacio.- Esteban Carrera de 65 años de edad arribó a esta ciudad en compañía de su esposa y otros campesinos huyendo de la cada vez más precaria vida rural de las comunidades del municipio de Tlahualilo.
De la misma manera que surgieron otros asentamientos urbanos marginales nació Tierra Blanca. Ubicada al oriente de Gómez Palacio, esta colonia se convirtió en el destino de decenas de campesinos a principios de los años noventa.
“Nosotros venimos hace como 13 años aquí por falta de trabajo”, comenta Carrera y agrega que “los pequeños propietarios acapararon todas las tierras y a nosotros nomás nos dejaron un cuarto de hectárea, ¿qué hace uno con eso? a parte ya ni agua había”.
¿Qué paso con el agua?
—Quien sabe... pero no nos dejaron nada.
¿Qué cultivaban?
—Pues, frijol... algodón, todo eso.
El colono de Tierra Blanca explica la manera en cómo se hicieron de los terrenos. “Nos acercamos con una lideresa...”, hace una pausa intentando recordar, “ya se murió... se llamaba Martha Flores, ella fue la que nos ayudó”.
Pero, una vez que se asentaron en su nueva vida ahora como citadinos, las cosas no fueron mejores.
Para sobrevivir, Esteban Carrera y su esposa hacen chorizo y lo venden a algunos familiares y conocidos “Ellos así nos apoyan, porque, quien me va a contratar a mi edad”.
Su casa está construida de diversos materiales, entre block, ladrillo, alambre, pero la totalidad del techo es de cartón.
En la puerta que da hacia un patio se lee “Cristo ama”.
Acerca de sus actuales condiciones de vida, la pareja otrora campesina se quejan de que los políticos “nomás se acuerdan de uno cuando van a ser las votaciones... nos prometen materiales de construcción, despensas, y a la mera hora nada”.
Y la señora cuenta: “una vez vino uno que se apellida Meraz creo, nosotros le pedimos materiales y ya nos quería cobrar 750 pesos, usted cree”.
Tierra Blanca, al igual que muchas colonias de Gómez Palacio, presentan las consecuencias de la marginación. Calles sin pavimentar, deficiencia en algunos de los servicios públicos, casas de cartón, delincuencia, alcoholismo y drogadicción. Está rodeada por barrios que presentan no mejores condiciones: Tierra y Libertad, 5 de Mayo, Rubén Jaramillo. Muchos lotes que son baldíos sirven como verdaderos basureros y tiraderos de escombro. La mayoría de las casas están hechas de cartón de blanco. A pesar de no tener una superficie muy amplia, los expendios que ahí existen superan la media docena. Por las noches de fin de semana son frecuentes los pleitos entre pandillas.
En otra de las humildes casas vive Flor Estela Marín y Martín Ríos junto con sus hijos. Este último dice ser también originario de Tlahualilo. “Llegué con otros de por allá, fuimos de los primeros aquí en Tierra Blanca”. El motivo: la falta de empleo.
Ríos comenta que a través de los años han ido consiguiendo los servicios básicos, “porque algunas personas nos han ayudado”.
Más adelante expresa que “cuando vienen los políticos lo primero que preguntan es ¿de qué partido son? Y si no dices que eres del PRI no te dan nada”.
Martín Ríos, quien trabaja como ayudante de obrero en una empresa de tuberías, dice que la gente de la colonia está muy dividida. “Luego por eso no viene nadie a ayudarnos, porque la gente es muy avorazada y quiere llevarse todo”, expresa.
Luego voltea a su alrededor y dice “no sé por qué la gente es así, ahí vienen y tiran nomás su basura y escombro”.
La situación para estas personas no puede ser peor. Salieron de sus lugares de origen en busca de un mejor futuro y creyeron que Gómez Palacio se los podía ofrecer. La realidad de nuevo los ha golpeado. Ahora viven en medio de basura y en una profunda miseria.