“Nunca hicieron nada en contra de Los Jacobos; dañaron la casa de mi padre y su local comercial, pero no se hizo justicia”, señaló Édgar Majul.
Carlos Majul Seade es el propietario de la joyería D’Carlo y padre de Edgar; ellos interpusieron una demanda en la Dirección de Averiguaciones Previas en contra de siete jóvenes integrantes de dicha organización. Pero no consiguieron su objetivo puesto que, en lugar de hacerles justicia y castigar a los responsables, el encargado de la mesa del Ministerio Público buscó la manera de que existiera un acuerdo entre las dos partes.
“Parecía más su abogado defensor que el agente del MP, que se supone nos debería ayudar”, reclamó Édgar Majul.
El hecho tuvo lugar en el mes de septiembre del año próximo pasado, quedando registrada la denuncia el día 22 en la mesa seis, a cargo de Nathalie Martínez Rodríguez, quien asegura que llegó a llamarles hasta cinco veces en un día para convencerlos de desistirse.
Apuntó que sí les pagaron los desperfectos causados en el local, pero ellos no buscaban sólo eso, sino que se castigara a estos muchachos por sus acciones, que entendieran que no estaban actuando bien, porque después seguirían haciendo lo mismo con la idea de que pagando no pasa nada.
En aquella demanda interpuesta se señalaba a Rolando Sierra Solís, José Duarte Rocha, Mario García Solís, Jorge Nájera González, Daniel Díaz Foner, Leonardo Parra García y Jacobo Anaya Solís.
La manera de defenderse de Los Jacobos era que si causaban daños o lesiones ellos interponían denuncias en contra de los afectados por los mismos cargos, con lo que pretendían que se desistieran ambas partes y llegar a un arreglo por fuera.
“Se hicieron los trámites para culpar a uno de mis hermanos y sorprendentemente los dos casos fueron tomados por el mismo agente del Ministerio Público”, declaró.
Indicó que su familia fue una de las primeras en hablar con los medios de información con respecto a los actos cometidos por Los Jacobos, y que por lo mismo trataron hasta de implicarlos con dicha fraternidad.