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Sin medicinas opera Urgencias en el IMSS

Jorge Rodríguez Estrada.

TORREÓN, COAH.- ?¡Enfermera! Aplique una ampolleta de ranitidina y dipirona por vía intravenosa al paciente de la camilla cinco?, ordenó uno de los médicos de guardia del servicio de Urgencias del Hospital General de Zona No. 16 del Instituto Mexicano del Seguro Social, recibiendo la negativa como respuesta, pues no había tales medicamentos, incluso ni jeringas.

Esto ocurrió el 10 de marzo del año en curso alrededor de las 23:20 horas, cuando la mencionada área estaba por encima del cien por ciento de su capacidad, con 56 pacientes en el módulo de adultos y 30 niños en Pediatría.

La enfermera a quien dieron la orden, se abocó a tratar de conseguir los fármacos requeridos y al preguntarle a otro de los galenos si tenía dipirona, ella misma se respondió: ?Estoy buscando oro, ¿verdad??.

Durante la breve visita realizada por El Siglo de Torreón la fecha en mención, empleados del Seguro Social externaron su malestar debido a que la escasez de medicamentos ocurre todo el tiempo sin que los directivos estén al pendiente para resolver éste y otros problemas.

En medio del dolor de numerosos pacientes que acudieron esa noche por diversas dolencias, médicos y enfermeras se esforzaban por sacar su trabajo adelante, pese a la carencia de medicinas y material de todo tipo.

?Tenemos que ingeniárnoslas para atender a las personas que llegan a Urgencias, pues no podemos decirles que nos faltan medicamentos. Algunos compañeros se han cooperado a fin de poder comprar analgésicos principalmente, para tratar de mitigar el fuerte dolor que tiene un accidentado o alguna persona con una crisis por gastritis, pero esto no ocurre siempre?, manifestó un doctor que solicitó la omisión de su nombre para evitar represalias.

?Ahorita (10 de marzo de 2003), no tenemos ranitidina, dipirona, butilhioscina y hasta hace un momento pudimos conseguir jeringas. Tenemos 56 pacientes en Adultos y 30 en Pediatría. Nos faltaron diez enfermeras pero ya logramos traer de piso a siete, con las que podemos sacar el trabajo por esta noche?, aseguró otro de los médicos de urgencias.

Semejando una escena actual de un hospital de Bagdad, Iraq, pacientes de distintas edades y con diferentes malestares se hallaban sentados en una silla en espera que se desocupara alguna camilla para que se las asignaran. Mientras tanto él o uno de sus familiares, sostenían con sus manos la solución intravenosa que le aplicaron.

Otros más (seis, para ser exacto), sobre camillas permanecían afuera del Módulo de Adultos. En el interior de dicha área los 23 cubículos se hallaban ocupados a su máxima capacidad, con tres personas en cada uno, además que en el pasillo circundante, estaban más camillas con enfermos por descompensaciones metabólicas (diabetes), hipertensión arterial, enfermedad vascular cerebral (EVC) y pie diabético (para su amputación).

Acompañándolos estaban sus familiares, que con rostros marcados por la angustia y el cansancio, trataban de disimular la gravedad de la situación por la enfermedad o bien porque el personal médico les dijo que fueran a comprar una medicina que se necesitaba y no traían dinero. Algunos no pudieron contenerse y comenzaron a llorar calladamente.

En Pediatría, jóvenes madres mostraban su preocupación al saber que sus pequeños hijos estaban delicados y la sala ya estaba a más de su capacidad: 30 pacientes, en su mayoría por infecciones respiratorias agudas o por padecimientos de tipo diarreico, algunos de origen viral (rotavirus).

Afuera, en la sala de espera, seguían llegando más personas a consulta, siendo recibidos por la recepcionista quien de manera impersonal les comunicaba que tenían que esperar su turno porque el servicio estaba repleto.

No fueron pocas las personas que hacían fila ante la oficina del coordinador, para exigirle que hubiera mayor atención y quejarse por la falta de medicinas tan importantes en un hospital, en tanto que otras se limitaban a maldecir por el pésimo servicio que otorga la institución a la que sarcásticamente dicen por sus siglas: Importa M... Su Salud (IMSS).

Segunda incursión: igual o peor

Diez días después, el 20 de marzo a eso de las 19:30 horas, El Siglo de Torreón hizo su segunda visita, sólo para comprobar que Urgencias seguía sobresaturado. Esta ocasión había 66 pacientes en Adultos y 25 en Pediatría.

Las escenas, muy similares a la incursión anterior, se sucedían una tras otra, sin variar apenas.

Esa misma noche, los sanitarios públicos para caballeros, permanecían clausurados.

Médicos del área, aseguraron que el promedio diario (de la semana del 17 al 21 de marzo), fue de 60 pacientes en Adultos y 25 en Pediatría, sólo en la noche.

Pese a eso, las autoridades institucionales se empeñan en decir que el 60 por ciento de los servicios que se otorgan en esa área son ?urgencias sentidas y no reales?.

En carne propia

Un compañero fotógrafo de otro medio de comunicación estaba esa noche. Su hijo ingresó a las 13:30 horas para ser valorado por un cirujano, pues presentaba fuertes dolores debido a una hernia inguinal.

Al filo de las 00:00 tuvo que retirarse a su casa dejando a su vástago en el área de ?consultorios?, que no son otra cosa sino reducidos cubículos que como puerta tienen una loneta y en donde también se llega a alojar a enfermos.

Fue hasta las 01:30 horas que se desocupó una camilla y sólo así se le trasladó al Módulo de Adultos, donde permaneció hasta las 08:30 horas del 21 de marzo, cuando lo dieron de alta y le recomendaron que acudiera con su médico familiar para que le diera una interconsulta con el cirujano y así programar su operación. No lo pudieron pasar a piso porque nunca se desocupó una cama.

El joven además perdió dos días en su trabajo que no pudo justificar porque en el IMSS no le expidieron la incapacidad correspondiente, mismas que están muy controladas por las altas autoridades del instituto.

Desconcentración: Solución parcial

Desde hace casi diez años, las autoridades del Seguro Social externaron la intención de desconcentrar el área de Medicina Familiar de la clínica 16, de manera tal que sólo sirva como hospital para internamiento de pacientes que requieran la atención de Medicina Interna, Pediatría, Cirugía y Gineco-Obstetricia.

Para ello, desde 1996 anunciaron la construcción de dos nuevas unidades de Medicina Familiar, que a la fecha no se ha realizado, debido a fuertes recortes al presupuesto que ha hecho el Gobierno Federal. Si acaso se autorizó la reubicación de la UMF 80, del edificio Marcos al bulevar Constitución.

El HGZ 16, recién cumplió treinta años de su fundación y desde entonces, poco o nada se ha hecho para incrementar el número de camas, pese al crecimiento desmesurado de la población derechohabiente.

El resultado está a la vista, tanto en el área de encamados como de Urgencias, donde se trabaja a más del cien por ciento de su capacidad, sin que se cumpla el lema institucional de: ?Atención con Oportunidad, Calidad y Calidez?.

Urge otro hospital

Poco antes que se concluyera con la remodelación y ampliación de las áreas de Urgencias y Tococirugía, médicos y enfermeras coincidieron en que iban a ser insuficientes, debido a que no se tomaba en cuenta que se atiende infinidad de accidentados, muchos de los cuales no son derechohabientes.

La saturación que hacen del servicio los usuarios, además que la mayoría de las veces la Cruz Roja traslada a personas heridas en riña por arma blanca o de fuego, atropelladas y accidentadas a la clínica 16 y aunque no sean derechohabientes son atendidos por su gravedad y una vez estabilizados se les canaliza a otro hospital.

El crecimiento de la población derechohabiente y los factores ya mencionados, obligan a que las altas autoridades del IMSS piensen seriamente en la construcción de un nosocomio con mayor capacidad y destinar un área más grande para Trauma o Urgencias.

Sin una pronta respuesta, las cosas irán empeorando.

Incomunicación social y burocratismo

Como ya es costumbre en esta institución, ningún funcionario quiso proporcionar la versión oficial, con el argumento que se requería la autorización de la Coordinación Estatal de Comunicación Social, a cargo de Penélope Cueto García, para poder recibir a El Siglo de Torreón.

Las gestiones para ello se vieron entorpecidas, pues en la Subdelegación del IMSS Torreón, el área de prensa permanece acéfala desde hace varios años y a la fecha no ha sido asignada a un responsable, por lo que se indicó que era la subdelegada María Natividad Gómez Díaz, la que pudiera proporcionar información.

Sin embargo, la secretaria de dicha funcionaria, señaló que es en Saltillo donde se solicitan los datos necesarios y la aprobación de una entrevista con la directora del HGZ 16, doctora Elisa Guadalupe Baqueiro Absalón.

En tres ocasiones se intentó establecer comunicación telefónica con Cueto García, pero andaba en ?una comisión?.

Finalmente la secretaria informó que fue autorizada dicha entrevista, mas al solicitarla a la doctora Baqueiro Absalón, ésta no pudo atender a El Siglo de Torreón, porque tenía ?una auditoría?.

Así las cosas, nos quedamos con las ganas de conocer la ?versión institucional?.

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