Las condiciones de los habitantes de ese sector habitacional de Lerdo son iguales a cuando pertenecían a Torreón
CD. LERDO, DGO.- Hace dos años todavía la Benito Juárez pertenecía al Estado de Coahuila y municipio de Torreón. Hoy está integrada a Durango y es parte de Lerdo. Pero muy poco cuenta para los pobladores de qué lado se encuentren, ya que sus principales problemas aún no han sido resueltos. Han tenido que soportar la marginación.
La colonia se encuentra ubicada en el Cañón del Huarache, a escasos metros del ejido del mismo nombre y junto a los barrios torreonenses San Joaquín y Jacobo Meyer.
Irma Ruelas Arellano, de 42 años, desde hace 30 habita en este lugar pero en su casa no tiene sistema de drenaje todavía. Para deshacerse de las aguas residuales ha tenido que construir una pequeña fosa en la parte frontal de su casa, muy cerca de la calle.
Junto con ella vive su hijo Jesús Félix, de 23 años, quien explica que hasta el momento no cuentan con medidores de agua ni tubería, por lo que han tenido que conectarse con mangueras a la red principal. “Mire, nomás sale un chorrito y así está todos los días”, dice mientras su madre toma el alargado cilindro de plástico para sustentar sus palabras.
La Benito Juárez está dividida en dos por la carretera a Villa Juárez que pasa por en medio. Según lo que “Irma” y “Jesús” explican, en la parte baja —del otro lado del camino— habita la mayor cantidad de personas, “ellos sí tienen los servicios”. El problema empieza en el lado en que ellos viven, junto con otros 20 vecinos más. “El Achem (Alcalde de Lerdo) nomás nos prometió que ya iban a arreglar lo del drenaje y el agua, pero no han hecho nada”, reclama Jesús Félix.
Sobre el pésimo estado que presenta el pavimento de la transitada rúa por la que circulan centenares de autobuses suburbanos, automóviles y camiones de carga, la señora Ruelas Arellano declara: “no sé si es mejor que así la dejen, porque a pesar de que está bien fea, pasan bien rápido los carros”.
No obstante, más adelante rectifica, “bueno, pues si la van a arreglar, que pongan bordos y mejores señalamientos”. Y es que según cuenta, hace ya algunos años que su abuelita murió atropellada frente a su propia casa. “Nunca supimos quién fue... nomás pasó un coche bien fuerte y la aventó hasta allá” y con sus manos intenta recrear la tragedia.
A lo largo de esta carretera puede observarse un sinnúmero de baches y grietas y mucha piedra suelta. Irma y Jesús aceptan que el asfalto se encuentra de esa manera debido a que constantemente tiran agua. “Dónde la echamos si no tenemos drenaje”, se justifican.
Pero, además, la carretera es muy angosta para ser de doble carril. A los lados no existe banqueta alguna, por lo que el peligro para los peatones es mayúsculo.
“Los camiones casi se meten a las casas, por eso pusimos estas piedras, para que no se hagan hasta acá” y señala el improvisado cordón de rocas.
“Nosotros ‘nos tumbamos’ ”
Acerca de la inseguridad pública, Jesús platica que aunque la policía lerdense circula muy poco por estos lugares, “no tenemos problema con la delincuencia... aquí todos nos conocemos”.
Tres jóvenes, uno de ellos con una pala en la mano, piden dinero a los automovilistas y choferes que por ahí pasan. Dicen estar tapando los pozos de la calle a cambio de unas monedas. Muy pocos les dan, la mayoría los ignoran.
“Ahí se ponen ellos a pedir, es mejor que hagan eso a que se pongan a hacer otras cosas... son tranquilos”, comenta Jesús Félix.
Uno de ellos es “Luis”, quien tiene 17 años y dice pertenecer a los “Angelitos 15”. Usa malla en la cabeza, camisa holgada y pantalón tumbado. “Nosotros somos calmados, nos juntamos nomás a cotorrearla pero no le hacemos mal a nadie”.
Le acompaña “Pedro”, dos años más grande, también moreno, con gafas oscuras, camisa de colores y pantalón ancho hasta las pantorrillas. “O sea que aquí lo que nos den, nosotros no tumbamos, lo que pasa es que luego vienen de allá abajo a tumbar y queman este barrio”, explica.
Ambos confiesan drogarse, uno con “pura mota” y el otro con “puro chemo”. “Pedro” platica: “yo sí me echo mis ‘chemazos’ pero allá arriba del cerro donde no me vean los niños”.
¿Por qué lo haces?
—Pa’ olvidar... o sea, esto es el ‘bisnes’... mi hermano se ahorcó hace tres años, andaba con eso de la ouija.
Pero para “Luis” es diferente: “yo lo hago porque me gusta andar en el ‘bisnes’, cotorrearla... pero todo tranquilo”.
El joven de la pala continúa toreando a los carros, acarreando la piedra para cubrir los baches.
Mujer albañil
“Nunca estudié, no sé leer ni escribir...”, confiesa la hermana de Irma, Rocío Ruelas Arellano, quien a sus 24 años de edad se gana la vida trabajando de “aquí pa’ allá”.
“Por lo regular jalo en la obra, pero también he sido bolera y vendedora de gorditas y taladros”, comenta.
Rocío vive en una casita blanca arriba del cerro. Su techo está a punto de caerse y manifiesta que le hace falta algo de material para hacer uno nuevo. “No quiero que me lo regalen todo, que me den una parte y yo pongo la otra”.
De complexión gruesa y rasgos duros, esta joven la hace de albañil desde que tenía 14 años, con lo cual a ido ganándose un lugar: “me llevo bien con los del jale, me respetan porque como todos son de este barrio, ya nos conocemos bien”.
La mayoría de sus amigos son hombres, lo cual le ha ocasionado que no en pocas ocasiones se vea involucrada en algunas riñas. Cuenta Rocío: “la otra vez me invitaron a una fiestecilla y se ‘agarraron’, como yo andaba por ahí, a mí también me tocó”.
Para Rocío, “Pedro”, “Luis”, “Jesús” e “Irma”, pobladores de la colonia Benito Juárez, poco importa a qué municipio o Estado pertenecen, la marginación sigue siendo la misma.
Algunos de los problemas que presenta la colonia Benito Juárez de Lerdo:
- Poca agua potable.
- Falta de drenaje.
- Carretera a Villa Juárez en mal estado.
- Falta de bordos moderadores de velocidad y señalamientos.
- Drogadicción.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón