MÉXICO, DF.- Un fuerte sismo de 7.6 grados en la escala de Richter sacudió a la ciudad de México a las 20:06 horas de ayer martes, provocando la muerte de 21 personas; el fenómeno también afectó las entidades de Colima, Jalisco, Puebla, Michoacán, Nayarit, Tlaxcala, San Luis Potosí, Aguascalientes y el Estado de México.
En el estado de Colima, donde se registró el epicentro del movimiento telúrico, murieron 19 personas, una de ellas en el poblado Villa de Álvarez, y otra en Cocimatlán -localizado a 11 kilómetros de la capital-según lo dio a conocer el gobernador Fernando Moreno Peña. Asimismo en Zapotitlán de Badillo, Jalisco, fuentes de Protección Civil del estado indicaron que una mujer y una niña fallecieron a consecuencia de que una barda les cayó encima en el momento del temblor.
Por otra parte, en Guadalajara hubo momentos de zozobra entre los habitantes, se reportaron sólo daños materiales, la campana de la Basílica de Zapopan se cayó, y en la colonia Polanco de la capital jalisciense hubo innumerables fugas de gas.
El movimiento, de carácter oscilatorio, tuvo una duración de 31 segundos y su epicentro se localizó en las costas de Colima, de acuerdo con el informe difundido por la Secretaría de Gobernación.
La alarma sísmica funcionó oportunamente aunque los capitalinos vivieron crisis nerviosas al recordar los trágicos episodios de hace 17 años.
La Secretaría de Seguridad Pública local dijo que fue necesario atender a unas 25 personas apanicadas, principalmente en Tlatelolco, así como a dos más que sufrieron pisotones.
Sólo hubo sustos
El sismo que se registró ayer en la ciudad de México causó un gran susto para sus habitantes, principalmente en aquellos que habitan edificios altos.
En Tlatelolco, la vasta zona habitacional que en 1985 sufrió graves afectaciones, los vecinos permanecieron fuera de sus viviendas, con un evidente nerviosismo, minutos después de que el sismo concluyera.
?Salí corriendo con mis hijas, pero a la altura en que estamos, no queda más que rogar a Dios que no pase nada hasta lograr que uno pueda salir?, comenta con cierto nerviosismo la señora Esperanza, quien habita en un doceavo piso.
A pesar de vivir en una zona de alto riesgo, jamás se han organizado para prevenir algún incidente, dijo.