El Instituto Alan Guttmacher, en razón de su seriedad académica cuenta con la nada fácil virtud de ser una fuente confiable en el tema del aborto, reconocida tanto por Los “Pro Choice” como por defensores de la vida en Estados Unidos.
Un estudio de dicho instituto señala que tras alcanzar su punto más alto en 1981, con 29.3 abortos por cada mil mujeres de edades comprendidas entre los 15 y 44 años, ahora se encuentra en un punto más bajo, con 21.3 abortos. Entre 1987 y 1994, la tasa de abortos en mujeres de 15 a 19 años cayó en un 20% y volvió a descender un 27% del 1994 al 2000, consolidando así una tendencia a la baja.
¿A qué se debe este espectacular descenso? De una parte son cada vez menos las mujeres que se quedan embarazadas y no tanto por el uso de métodos anticonceptivos, sino porque muchas de ellas eligen el camino más seguro y natural de la abstinencia. Un estudio del Center for Disease Control and Prevention revela que el porcentaje de alumnos de enseñanza media que practica la abstinencia se ha incrementado del 46% en 1991 al 54% en 2001.
Este hecho no es por supuesto generalizable, contrastando el hecho de que en la ciudad de Hartford, Connecticut, por ejemplo, son más las adolescentes que se quedan embarazadas que las que obtienen el título de bachiller.
Actualmente, en E.U. el aborto sigue siendo una cuestión de geografía, dinero y política.
Desde el punto de vista geográfico en Mississippi, una chica embarazada menor de edad necesita el consentimiento de sus dos progenitores para abortar; mientras que en Alabama; basta con el consentimiento de uno solo. Por eso hay una propuesta de ley que convierte en delito viajar de un estado a otro para evitar la obligación de informar a los progenitores. En dieciocho estados se requiere una espera de 24 horas entre una sesión disuasoria obligatoria -en la que el médico informa a la mujer de la alternativa de la adopción y de los riesgos del aborto- y la realización del procedimiento. Louisiana ha aprobado una ley que prohíbe todo tipo de aborto, excepto cuando el embarazo ponga en peligro la vida de la mujer: Por la parte económica el precio de un aborto es de 372 dólares de promedio según el Instituto Guttmacher. La mitad de lo que costaba en 1973.
Sin embargo, siguen siendo las mujeres pobres las que más padecen este negocio cruel. Entre 1994 y 2000, la tasa de abortos entre mujeres que viven por debajo del umbral de la pobreza subió un 23%, mientras que para las mujeres pertenecientes a la clase económica más favorecida cayó en un 39%. Otro dato positivo: El descenso en los actos de violencia contra el personal y las instalaciones de clínicas abortistas desde la década de los 90.
En resumen, mientras que a principios de los años 80 uno de cada tres embarazos en E.U. acababa en un aborto provocado, en la actualidad, esa cifra ha bajado a uno de cada cuatro. Sin embargo, el hecho de que ciudadanos sigan matando a tantos de sus propios descendientes con toda premeditación, alevosía y ventaja debe ser un recordatorio de cuánto hay todavía qué luchar en pos del derecho a la vida.